La princesita y el frijol.

Autor: Hans Christian Andersen-Dinamarca. 

Había una vez un príncipe que quería casarse con una princesa, pero que no se contentaba sino con una princesa de verdad. De modo que se dedicó a buscarla por el mundo entero, aunque inútilmente, ya que a todas las que le presentaban les hallaba algún defecto. Princesas había muchas, pero nunca podía estar seguro de que lo fuesen de veras: siempre había en ellas algo que no acababa de estar bien. Así que regresó a casa lleno de sentimiento, pues ¡deseaba tanto una verdadera princesa!

La pequeña luciérnaga

Autor: D.R.A.

Había una vez una comunidad de luciérnagas que habitaba el interior en uno de los árboles más majestuosos y antiguos de Tailandia. Cada noche, cuando todo se volvía oscuro y apenas se escuchaba el leve murmurar de un cercano río, todas las luciérnagas, felices, salían del árbol para mostrar al mundo sus maravillosos destellos.

La mejor elección

Autor: Pedro Pablo Sacristán - Madrid. España. 1973

Rod y Tod: Así se llamaban los 2 afortunados niños que fueron elegidos para ir a ver al mismísimo Santa Claus en el Polo Norte. Un mágico trineo fue a recogerlos a las puertas de sus casas, y volaron por las nubes entre música y piruetas. Todo lo que encontraron era magnífico, ni en sus mejores sueños lo habrían imaginado, y esperaban con ilusión ver al adorable señor de rojo que llevaba años repartiéndoles regalos cada Navidad.

La marioneta de trapo

Autor:  Johnny Welch

Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo, y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero, en definitiva, pensaría todo lo que digo. Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. 

La gallina y el cerdo

Autor: Rafael Pombo - Bogotá1833 

Bebiendo una gallina de un arroyuelo,  a cada trago alzaba la vista al cielo, y con el pico, gracias daba a quien hizo licor tan rico.
-¿Qué es eso?
gruñó el puerco.
-¿Qué significa tan ridícula mueca?
-Nada, vecino.
La gratitud es griego para el cochino.
Pero no hay alma noble que no agradezca
Hasta una gota de agua fresca que se le ofrezca;

La bruja embrujada

Por: Inés de Cuevas - de su libro inédito "Algarabía de risas"

Era una bruja con desparpajo que usaba guantes de renacuajo. Tomaba té con mermelada, comía galletas muy bien tostadas. Por las mañanas leía los diarios y muy temprano se iba al trabajo. No usaba escobas, ni altos sombreros, sino autos caros, buenos pañuelos, zapatillas de fino cuero, cerros de trajes, pieles y abrigos que no cubrieran su hermoso ombligo.

La boda de los ratones

Autor: D.R.A.

Había una vez, en Japón, dos ratoncitos que se querían mucho. Tanto él como ella estaban muy enamorados, pero tenían un grave problema: el padre de la ratoncita, que estaba obsesionado con la fuerza, quería casarla con el Sol porque decía que era el más fuerte del mundo.

Los dos ratoncitos no sabían qué hacer. Se amaban mucho pero sabían que el padre de la ratoncita jamás permitiría que se casara con un simple ratón.



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