La generosidad de la atención, una despedida a Germán Rubiano Caballero

La historia y la curaduría en las artes son partes esenciales, y a menudo no lo suficientemente reconocidas, de todo el ecosistema creador, y contar en él con buenos historiadores y curadores garantiza el descubrimiento de posibilidades y el avance en la vanguardia que cada tiempo necesita. Un historiador, un curador, no es otro que aquel capaz de hacer acopio del pasado para señalar lo que el presente puede profundizar en aras de un futuro a la altura de sus preguntas fundamentales. Dicho de otra manera, es quien desde la generosidad de la atención nos señala aquellos detalles que podrían pasar desapercibidos, y con los cuales construimos la narrativa de lo que somos y queremos ser.

Ha muerto un gran historiador y un gran curador, con la partida de Germán Rubiano Caballero se va la mirada generosa que durante años acompañó a las generaciones de artistas en sus preguntas sobre el origen de un estilo, sobre el “de dónde venimos” que es punto de inicio necesario para cualquier espíritu inquieto, sobre el “qué hemos hecho” que inscribe toda obra del presente en la colectividad de la tradición y la ruptura. Los años dedicados a la historia y la curaduría, a la gestión museográfica, a la investigación dejan frutos de deslumbramiento que seguirán alimentando las preguntas por el arte colombiano, que seguirán brillando en la obra de jóvenes artistas.

Acompañamos con un abrazo solidario a su familia, amigos y amigas, y confiamos en que todo lo que con rigor y cuidado legó a la historia del arte seguirá allí para resolver dudas, alimentar pasiones y trazar posibilidades. Y que sea modelo, para que nuevas atenciones generosas se posen en lo que el arte colombiano es capaz de transformar.