Maestro José Gerardo Rodríguez Lara
Foto: Cortesía

Dar vida a la madera muerta: el arte de esculpir del maestro Lara

José Gerardo Rodríguez Lara es maestro en artes plásticas y escultor desde hace 49 años, especializados en la talla y pintura en madera. Hoy, 6 de marzo, que se celebra el Día Internacional del Escultor, queremos rendir un homenaje a su vida dedicada a este arte en Bogotá.

Este hombre, más conocido como el maestro Lara en la localidad de Suba, donde vive y tiene su taller hace 35 años, localidad en que también ha dedicado a trabajar para la comunidad, ya sea con la Junta de Acción Comunal o la Casa de la Cultura del barrio Villa Rincón, en la promoción de talleres para niños, niñas, jóvenes y adultos, ya que enseñar es otra de sus grandes pasiones.

La escultura es un oficio que el maestro Lara aprendió cuando era un niño de 14 años y vivía en el barrio Minuto de Dios, donde tuvo acceso a talleres de educación no formal dictados por el Padre García Herreros. “Me impactó tanto lo que se hacía allí que me motivó a ser lo que soy hoy como artista. Luego de esto estudié pintura en la Universidad Nacional”, cuenta Rodríguez Lara.

 

Todas sus obras tienen una historia, siendo la infancia uno de sus temas favoritos. Tiene una colección de obras talladas en madera de niños jugando en la calle, ya sea con el aro u otros juegos tradicionales, en los que plasma su deseo por una niñez en paz.

 

De hecho, en uno de los parques del sector en el que vive, instaló una escultura en ferroconcreto (una mezcla de cemento, arena, malla de alambre y agua), llamada ‘El derecho a la vida’, con la que buscaba generar un ambiente más agradable para los pequeños cuando salen a jugar.

También tiene obras como ‘Pachamama’ o ‘Madera e´ Tierra’, que plasman la tradición indígena ancestral. Los desnudos y los paisajes naturales también son una constante en su trabajo escultórico y en su pintura.

“Tengo una obra de gran formato, de 4x2 metros, hecha para el V Centenario de América, en la que se muestra el genocidio de la conquista y lo que esto ha significado en la actualidad. Fue una obra hecha a lo largo de un año, trabajando todos los días con mucha disciplina, y la considero mi obra monumental”, dice el maestro.

Rodríguez Lara ha expuesto sus obras en eventos nacionales e internacionales, llegando a países como Cuba, Chile y algunas ciudades de Europa. “Aunque en realidad yo no he podido salir del país por cuestión monetaria”, agrega.

Sin embargo, este maestro se siente muy orgulloso de que el arte le haya permitido vivir por tantos años de una manera digna. “Yo vivo en un barrio popular, pero vivo bien, y a pesar de que ya soy de la tercera edad, todavía soy una persona robusta para trabajar y compartir mis saberes como maestro en artes plásticas”, explica. 

Este artista tiene colecciones de pintura y escultura en madera, muchas de estilo bizantino, que en este punto son incontables. Ya son casi 50 años de trayectoria en los que ha realizado obras en madera, bronce, cera perdida, piedra y ha transitado por técnicas como el grabado y la acuarela.

 

“Estamos en una sociedad loca donde ya nadie respeta a nadie, pero si nosotros como artistas y educadores podemos compartir el don de mirar el mundo con otra sensibilidad, estamos aportando (…) Yo quiero que mi hogar se convierta en una casa museo en donde queden plasmadas todas mis obras para que las disfruten mis hijos, mis nietos y la ciudad. Amo hacer arte, porque me permite hacer lo que quiero y vivir como quiero”, dice el maestro Rodríguez Lara.

“Para mí lo más importante de ser escultor es poder dejar esas grandes esculturas como un gran legado. Escultores en madera somos pocos, pero quiero llegar a entrar al libro de la historia del arte colombiano”, agrega.

En este momento el maestro Lara está dictando talleres de talla decorativa en madera, gracias a una beca de Es Cultura Local obtenida a través de los ejercicios participativos de la localidad de Suba, en la que 25 familias se están viendo beneficiadas. 

 

“Me nace de corazón que la tradición como escultores y talladores no se pierda. La madera es muy sensible, muy amorosa, se siente la energía cuando uno plasma sus herramientas en la madera muerta, que toma una nueva vida con una nueva energía, que hace que la escultura se convierta en un lenguaje universal”, afirma el maestro Lara.

El próximo sueño de este artista es que le ayuden a ubicar un árbol grande, de unos cuatro metros de circunferencia radial, para tallar una gran escultura de unas familias, y de esta manera dejar un legado más grande, en el que también pueda trabajar junto con otros escultores y para que el jardín o el parque en el que se ubique la obra genere gran admiración.





 

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