Santiago Rivas: Bienvenidas, bienvenidos, bienvenides. Esto es Cultura Bogotá, un podcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, Distrito Capital. Un podcast producido y editado por Gonzalo Rodríguez, conducido y dirigido por mí, Santiago Rivas. Estamos buscando ampliar la conversación y tener un espacio más para hablar sobre la cultura, traerles las noticias y hacer un una especie de formato magazine con entrevistados y entrevistadas y entrevistadas muy interesantes que puedan ustedes encontrar en todas sus plataformas, no solamente las de audio, también en YouTube y en la Emisora del Instituto Caro y Cuervo, en cuya cabina de sonido grabamos este y todos los episodios de Cultura Bogotá. Recuerden conectarse con Cradio. c a r o y c u e r v o . gov . co. Para empezar, como todos los episodios, yo sé que llevamos dos, pero como todos los episodios, un editorial, Quisiera empezar hablando sobre fronteras invisibles. Yo sé que ustedes saben de qué estoy hablando, porque estamos haciendo esto desde las instituciones bogotanas y Bogotá lastimosamente es una ciudad segregada desde su construcción y por cuenta del urbanismo muy caótico de nuestro Distrito Capital que tanto amamos, esta ciudad gigantesca que se las da de ser muy cosmopolita, está llena de fronteras invisibles. Una ciudad llena de fronteras invisibles, una ciudad segregada no es cosmopolita. Una ciudad que no es capaz de disfrutarse entera, de reconocerse entera, que no tiene una identidad que abrace la diversidad, y no solamente la diversidad como de tú eres una persona distinta, sino la diversidad de situaciones, porque no todos llegamos a este planeta en las mismas posibilidades o con los mismos privilegios. Y aún así, tenemos una ciudad que compartir. Y para mí es importante porque las fronteras invisibles con el tiempo se van haciendo invivibles. No hay cultura que florezca ni hay ciudad que progrese cuando se segrega. Y esto ha sido así por muchas razones, porque en una época, décadas atrás, eran las pandillas, de hecho ya le hicieron una serie a eso que fueron los Billis en la época en que uno no podía cruzar tal o cual calle porque había una serie de pandillas, pandillas además en sectores de la ciudad que no eran sectores vulnerables, pero que vieron una ola de violencia por cuenta precisamente de esas fronteras invisibles. Luego en los 90, cuando yo era un adolescente, eran las tribus urbanas, entonces que si uno estaba cerca del lugar de los calvos, cerca del lugar de los punketos cerca del lugar de los metaleros, entonces que no se podía acercar y que este era el auditorio de los hardcoreros y que entonces estos eran los de y eso pues obviamente hacía que la ciudad fuera una ciudad muy interesante, pero al mismo tiempo una ciudad muy violenta y eso no tiene por qué ser así. Entonces ahora son las zonas más y menos peligrosas de la ciudad en dónde están y en dónde no están los atracadores, el microtráfico. Pero a ver, la inseguridad que obviamente a veces es absolutamente palpable y sobre la cual todo el mundo tiene una historia, a veces también es un relato. Y es un relato que nosotros tenemos la posibilidad de aceptar o de no aceptar, o que podemos retar día a día. ¿Porque es que qué es peor, vivir uno su vida con el miedo paralizante de que le roben el celular o que le roben el celular? Yo personalmente pienso que es peor vivir con miedo paralizante, sin poder salir, sin poder salir a comer, sin poder pisar la calle, porque todo el tiempo estamos pensando que alguien nos está amenazando. La paranoia en nada arregla la ciudad. Y pues obvio, hay una responsabilidad institucional acerca de la seguridad, pero no puede ser que eso termine truncando lo más importante que tenemos, lo más urgente que tenemos, que es la construcción de una cultura común. No solamente la cultura ciudadana, no la posibilidad de encontrarnos, saludar, dejar pasar a la gente en la calle, respetar los semáforos, no atravesársele a la gente en el carro, sino la cultura general. Porque es que hay que ir a teatros y hay que ir a exposiciones y hay que visitar el centro y ojalá hay que ir a comer a las plazas de mercado y hay que mercar, hay que hacer cosas en la ciudad. La ciudad no se puede vivir cuando está completamente dividida. Y eso nace porque Bogotá lastimosamente es una ciudad muy clasista. Y ese clasismo, que es una derivación de un racismo muy viejo que tenemos enclavado en el corazón de nuestro origen como país, es la razón de esos muros intangibles que atraviesan nuestra ciudad. Y ese clasismo tiene que acabar por algún lado. Mi propuesta es que lo acabemos a punta de placer, a punta de disfrute, porque cuando uno está disfrutando se olvida de todas esas tonterías que uno le enseñaron por décadas y que nos cuesta tanto dejar. Por eso a menudo se cree que la única forma de superar esas fronteras invisibles es la gentrificación. Pero eso no soluciona el problema, de hecho lo ahonda, porque es que meter gente de una zona, entre comillas, o de un estrato, entre comillas, de un nivel de ingreso en otra zona en donde hay otro nivel de ingreso, normalmente menor, eso no solamente no soluciona nada, sino que crea resentimiento en la gente que ve encarecido su estilo de vida e incluso el arriendo de su vivienda o
00:05:00
Santiago Rivas: de su sitio de trabajo. Entonces, si a una gente se le está complicando comprar comida, porque hay un poco de gente comprando de nuevo apartamentos en zonas que se crean entre comillas deprimidas. Eso no está solucionando nada, eso está creando otra nueva frontera invisible. Y un Desplazamiento de gente recordemos que Bogotá es una ciudad que en parte se construyó segregando a las personas, creando carreras, pasó con la séptima, pasó con la 13, pasó con la Caracas, sigue pasando así para abajo, la 30, la 68. Y por otro lado se creó cuando la gente de plata empezó a huir de la pobreza. Entonces del Santa Fe a el Armenia, del Armenia a Teusaquillo, a la Merced, de Teusaquillo a Chapinero, de Chapinero al norte y del norte van a llegar a Zipaquirá y no van a poder huir del horror, porque es que lo que tenemos que hacer nosotros es darnos la mano y por eso mi propuesta es disfrutar, salir a comer, salir a mirar lo que está pasando en general en la ciudad, que si hay un teatro en un lugar que uno le parece que de pronto es como raro... ir, ir a ese sitio. Claro, hay que cuidarse, claro hay que ir en grupos y avisarle a la gente que uno llegó a un lado y al otro, tener un contacto de seguridad, todo lo que ustedes quieran, pero eso no nos puede quitar la posibilidad de tener una ciudad. Es decir, se necesita dar este primer paso desde muchos lados. La ciudad , el distrito, el gobierno distrital tiene una responsabilidad, tiene que asegurar que la gente pueda caminar tranquila. Obviamente que sí, y nosotros tenemos además una Secretaría de Cultura que crea muchos eventos, que propicia muchos otros y que está además en colaboración permanente con los eventos hechos por agentes privados. Pero nosotros como personas, como grupos familiares, como parches, tenemos la posibilidad también de salir a caminar, de salir a disfrutar de la ciudad, porque comer, bailar, oír, ver las exposiciones, es lo único que puede finalmente curar eso que los expertos y la gente inteligentísima llama tan a menudo el tejido social. Entonces este tejido social está hecho precisamente de esas interacciones que son la base de la cultura. Nuestro compromiso, por supuesto, es seguirles trayendo toda esa actividad que da vida a Bogotá y que ustedes van a encontrar aquí en este podcast y en la página culturarecreacionydeporte . gov . co. Y bueno, esto fue nuestra editorial, ahora vamos a pasar a temas de la que se viene en la agenda para la ciudad. Tenemos dos temas muy interesantes y vamos a empezar hablando sobre bogotaneidad, porque este 28 y 29 de septiembre se va a realizar el festival de la bogotaneidad. Yo sé que ustedes se están preguntando, tal como yo me lo pregunté, eso qué carajo es. Y pues efectivamente lo que es el festival de la bogotaneidad que se va a llevar a cabo en el parque Bicentenario, gracias a la Subsecretaría de Cultura Ciudadana, pues lo vamos a definir de la mano con nuestro invitado, el señor don Andrés Ospina, quienes ustedes seguramente conocen por el bogotálogo, por callejeando, por ser el grafómano en sus redes sociales. Y pues bueno, Andrés, bienvenido.
Andrés Ospina: Santiago, muchas gracias a ti y a los oyentes de Cultura Bogotá por esta invitación. Y un placer poder conversar con ustedes.
Santiago Rivas: Yo en la sola introducción me perdí como si estuviera en el mismísimo Pasaje Rivas, porque yo mismo creo que no comprendo bien a qué nos referimos cuando hablamos de bogotaneidad. ¿Tú tienes una cápsula, un caramelo sacamuelas que pueda describir lo que eso acaso sea?
Andrés Ospina: Hombre, honestamente creo que estoy tan perdido como tú. Me parece que es un concepto difícil de englobar, difícil de definir. Bogotá es una ciudad tan diversa, tan compleja, con tantas aristas, con tantos matices, que pensar en una sola bogotanidad es utópico. Creo que hay muchas formas de habitar Bogotá y que por tanto puede haber muchas bogotanidades también.
Santiago Rivas: ¿Tú crees que existe una forma positiva de hacer la bogotanidad? Es decir, porque claro, esto es una apuesta de Cultura Ciudadana tratando de construir esta idea de la pertenencia en lo que yo decía, una ciudad que muchas veces la gente llegó porque no tenía otra opción o porque era la mejor opción entre el abanico de posibilidades que tenía. ¿Cómo se puede construir de una manera positiva una idea de la bogotaneidad? ¿Existe algo de eso en la historia?
Andrés Ospina: Yo creo que la visión que uno tenga de una ciudad depende mucho de la manera como uno se disponga a mirarla y como uno se disponga a aceptarla, entenderla y abordarla. Entonces cada uno construye una relación con Bogotá. Yo creo que todos pertenecemos a Bogotá si habitamos en Bogotá. Eso que llaman de una forma muy cliché sentido de pertenencia, me parece que no es otra cosa que la forma como uno habita este espacio. Todos tenemos alguna manera de pertenecer a Bogotá si estamos acá. Ahora, el punto es cómo lo tomamos, cómo lo entendemos, si lo hacemos gruñonamente, si nos reímos si lo hacemos con escepticismo, si le
00:10:00
Andrés Ospina: buscamos un lado nostálgico, si lo pensamos a futuro. Depende mucho de cómo decidamos nosotros mirarla y creo que en la mayoría de los casos suele ser mejor mirarla con ojos positivos y con una sonrisa, ponerle colores amigables para sentirla menos tosca de lo que puede ser. Es una manera de habitar el mundo. Es una estrategia para no hundirse a veces y no naufragar en el dolor que le puede causar a uno la vida de una ciudad que definitivamente, y no lo vamos a ocultar, es muy dura.
Santiago Rivas: Pues bueno, hay algo que sí, definitivamente creo que así sea como lugar común, nos caracteriza a quienes vivimos en Bogotá y es un sentido del humor que muchas veces es filoso, pero en general, si nos ayuda a sobrellevar la vida, puede ser esto desde el fútbol, porque haber sido uno toda su vida hincha de Santa Fe y de Millonarios tiene que haberlo educado en el humor de alguna forma. Y de hecho tenemos incluso un tercer equipo que es Fortaleza, que ha cultivado sus comunicaciones a partir precisamente de ese humor, de montársela un poco a los otros equipos, de jugar con su propia posición de equipo chiquito, casi diminuto. ¿Entonces eso puede ser un buen punto de partida, o no?
Andrés Ospina: Sí, yo creo que cuando uno aprende a reírse de sí mismo no le faltan razones para estarse carcajeando todo el día. Y eso pasa mucho con el fútbol, pasa con Santa Fe, con Millonarios, pasa con Fortaleza, porque cuando nos permitimos darnos cuenta de que somos bufones, de que de alguna forma nos podemos pensar como caricaturas, si somos caricaturas y nos pensamos como caricaturas, encontramos la manera de reírnos. Y claro, yo creo que hay una mentalidad irónica que le puede ayudar a uno a sobrevivir con ciertas dosis de ironía, no yéndose para el lado extremadamente ácido y cáustico, pero sí, yo creo que funciona y es parte de nuestra identidad, por fortuna.
Santiago Rivas: ¿Cuál sería el principal desafío que enfrenta quien se o a quien le ponga en la tarea de construir un concepto de bogotanidad para vendérselo a las personas? ¿Pues no vendérselo como por plata plata, sino para convencer a las personas de abordar o de adoptar esa bogotanidad?
Andrés Ospina: Creo que es ir más allá de la superficie. El principal reto es tratar de mirar el mundo con rayos x y de raspar la superficie, porque alrededor de Bogotá se han construido muchos clichés, desde la temperatura, la llaman la nevera, hasta los cachacos, que son un arquetipo ya un tanto anacrónico por allá de esos señores que hace 70 u 80 años decían a la chinita querida, o toda la cantidad de presupuestos que hay alrededor de hablar de Bogotá. Entonces yo creo que lo primero es salirse de esa mentalidad cliché y buscar eso que está oculto y que a veces no miramos porque nos quedamos con el prejuicio, y el prejuicio es un atajo a la razón, pienso yo.
Santiago Rivas: En esa medida, la idea sería que no se nos invite a disfrazarnos de bogotanos, sino a hacerlo simplemente. Pero eso de nuevo, nos mete en la complejidad de hay muchísimas formas de hacerlo, muchísimas bogotanidades.
Andrés Ospina: Claro, porque eso se mueve en una matriz generacional. Es decir, depende de la edad que tengamos, depende de la zona de la ciudad que habitemos. Es distinto si tú habitas un conjunto residencial, por ejemplo, donde estás encerrado la mayor parte del tiempo, si habitas una casa, si te mueves en centros comerciales. Cada vecindario tiene un espíritu, cada vecindario tiene un sabor particular, cada lugar tiene unas características que son bien diversas. De manera que yo creo que más que pensarnos como bogotanos o plantearnos la pregunta de qué es ser bogotano, se trata de permitirnos explorar la ciudad más que con ojos de locales, con ojos de turista. Porque cuando uno es turista, uno mira la ciudad de una manera algo más perpleja. Y creo que lo que nos falta es perplejidad, abrir los ojos, mirar hacia arriba, ver eso que tenemos al frente y que damos por hecho todos los días porque lo hemos contemplado tantas veces que no nos importa. Y ser curiosos nos lleva a ser descubridores, y ser descubridores nos lleva a vivir la vida de una manera algo más amigable y con algo más de interés por el mundo que nos rodea.
Santiago Rivas: Eso es muy interesante porque mira que cuando uno piensa en cultura ciudadana desde la alcaldía, desde la primera alcaldía de Mockus, uno piensa en buen comportamiento, que era una manera de enmarcar la idea del buen comportamiento. Entonces, en ese sentido, el enemigo como el principal antagonista de la idea de cultura ciudadana sería no sé si es el mal comportamiento o es como la desidia, o si es la grosería, pero en esta versión que tú me das, que me gusta, el principal enemigo a vencer sería el tedio, tal vez.
Andrés Ospina: Sí, el tedio, seguramente. El tedio de dejarse contagiar por esas cosas que obviamente son aburridas. Y creo que sin el ánimo de defenestrar de la institucionalidad, esto sale mucho más del fuero
00:15:00
Andrés Ospina: personal que del fuero institucional. Uno vive más la vida y de manera mucho más auténtica cuando se propone vivirla bajo reglas propias que cuando se apaña y la vive como le están diciendo a uno que la viva. Entonces, siento que evitar el tedio es un reto de cada día. ¿Pues, digamos, levantarse de la cama ya es un reto, no es cierto? Es un reto complicado. Y superar el pánico a salir. Si uno empieza a superar eso y a hacer estrategias, a capotear el dolor de la vida y a reírse de eso y a buscar la manera de divertirse en medio de todo, yo creo que puede encontrar una identidad. Y creo que eso ha sido Bogotá desde mucho tiempo atrás. Uno se pone a leer, para irnos a algo de tiempos antiguos y de cachacos, uno se pone a leer a Álvaro Salom Becerra y los personajes de él son seres del común en condiciones muy difíciles que intentan divertirse y sobreaguar en una ciudad muy difícil. 1 se ríe con las aventuras de estos personajes que como uno, están rebuscándose la existencia, que como uno, están padeciendo la burocracia, que como uno, están padeciendo los problemas del transporte público, que evidentemente existen, que como uno, están padeciendo las deudas, que como uno están padeciendo las aflicciones de carácter económico. Si uno le busca la risa a eso y lo toma como una aventura, es una aventura extrema, por supuesto, pero tiene su dosis de adrenalina y tiene su dosis de comicidad también.
Santiago Rivas: Bueno, es un poco lo mismo que le pasa al protagonista de tu novela, chapinero. Tiene un poco, o sea, ahora que hablas de saltar deudas, saltar la burocracia, saltar como el día a día, eso es algo que está muy metido en la novela bogotana, en perder es cuestión de método. Se siente un poco lo mismo, sin remedio, obviamente se siente pues desde el título se percibe un poco esa sensación. ¿Y sin embargo, eso nos ha ayudado también a construirnos una imagen de lo que somos como ciudad, de la cual de alguna manera extraña, pues digo, tras leer esas novelas y relatos, pues son no? Uno puede igual estar un poco orgulloso de esa vaina.
Andrés Ospina: Sí, claramente. Yo creo que en esa tradición y uno mira todo lo que ocurre con, hablando de literatura, por ejemplo, uno mira la novelística bogotana y siempre apunta eso. Uno lee a José Antonio Osorio Lizarazo tremendo cronista, y se encuentra con un libro como Casa de Vecindad, que le cuenta a uno cómo eran los inquilinatos en los años 30 y cómo vivía la gente en Casa de vecindad. Hay una personaje muy simpática que vive en una de las habitaciones del inquilinato y no deja que le vean nada para adentro de donde vive, es decir, pone como una barrera, como lo hacemos muchos en su casa, y abre la puerta muy entrecerrada para que nadie pueda contemplar. Y resulta que después descubrimos que lo que pasa de fondo es que no tiene ningún mueble y le da vergüenza esconder la miseria de no contar con ningún mobiliario en su casa. Y si eso pasa no solamente en la narrativa o en la novelística, sino en la poesía, obviamente uno mira la televisión y es eso, uno mira la familia Vargas de Dejémonos de Vainas y también es una familia de clase media que está luchando por llegar a algún punto como de equilibrio en la vida. Uno ve a los personajes que habitan la ciudad en la televisión como en La Posada, por ejemplo. Incluso en esas muy criticadas producciones de Dago García, como El Carro, uno ve todo lo que implica y toda la lucha que implica, sobre todo para la clase media existir. Y eso es bien lindo, contrastante con la Cali de Caicedo, que es Cali de salsa, que es una Cali exuberante de unos árboles hermosos, o la Cartagena de Germán Espinoza. Bogotá siempre es gris y es gente rebuscándose la vida con mucha dificultad. Pero en eso hay risa, en eso no solamente hay amargura. Y creo que el punto es no poner una mueca amarga cuando nos pasa eso que nos pasa a todos.
Santiago Rivas: Total. Y eso, bueno, claro, creo que ahí el gran reto institucional sí va a ser totalmente cambiar como la idea de alguien que le está diciendo como no, no, no, cuidado, cuidado con esto, sino más bien alguien que a partir de eso que ya existe, puede invitar a acoplar o tratar de interiorizar las cosas buenas o las cosas muy graciosas que igual existen en una ciudad que uno finalmente sí, sí quiere y sí ama.
Andrés Ospina: Sí, claro. ¿Y sobre todo porque eso sale de la propia vida, no? De cómo existe uno y de cómo se atreve uno a experimentar la ciudad. Es algo que viene desde lo personal, es decir, aquí hay skaters, aquí hay gente que se está dedicando al arte callejero o al street art, para decirlo anglosajonamente, así como también están los que siguen visitando cafés y se preguntan, porque todavía quedan algunos ya se están yendo, ya quedan muy pocos, pero quedan esos cachacos de antaño que están preguntándose quién mató a Gaitán. Cómo también quedan los migrantes que hacen parte de esa narrativa de Bogotá, porque Bogotá se ha construido también en la mayor parte de los casos de migraciones. Entonces Bogotá es un compendio raro del país. Es un sancocho, para decirlo de alguna forma.
Santiago Rivas: De una forma Batemanesca
Andrés Ospina: Pues sí, Batemanesca pero bueno, no digamos sancocho, digamos un ajiaco para que sea, o una changua mejor, para que sea más local. Pero todo lo que ha venido pasando acá viene porque la mayor parte de nosotros es
00:20:00
Andrés Ospina: hija o nieta o bisnieta de quienes vinieron aquí a aventurar. Hoy somos muy distintos, somos un compendio étnico, un compendio cultural, y de esa mezcla sale lo que nos hace tan singulares y tan sin ser vanidoso, es lo que nos hace tan maravillosos, digo, a la gente de esta ciudad, porque uno se encuentra con historias de vida hermosas acá, con lugares hermosos, con gente muy linda.
Santiago Rivas: Por último, hay una cosa, hay un ingrediente ahí o algo que yo pesco de lo que tú estás diciendo, en donde yo creo que conectamos mucho también. Y es un poco hay que vencer también esa nostalgia. Nosotros hemos tenido la oportunidad de hablar a menudo sobre Bogotá, hemos tenido la oportunidad de alternar en varias conversaciones precisamente sobre lo que corresponde al ser bogotano. Y mucho de eso también está en abandonar esa constante sensación de ay, yo me acuerdo que en esta ciudad se hacía frío. Ay, yo me acuerdo que antes la Candelaria, ay, es que yo recuerdo que. Entonces, esta nostalgia constante por una Bogotá que como todas las ciudades, siempre está yéndose, siempre se está volviendo otra cosa, es algo que también deberíamos empezar a acoplar para poder vivir mejor la ciudad de ahora, o no?
Andrés Ospina: Sí, hemos coincidido en eso tú y yo. Yo creo que se ha perpetuado el mito de la gata golosa, lo voy a llamar yo. Y a mí me pasa con mucha frecuencia, con mucha regularidad, cuando me preguntan algo de Bogotá en algún medio, les gusta ambientar eso con la ¨gata golosa¨ de fondo. Es como si fuera el cliché máximo. Y remitir a que antes los habitantes de Bogotá, o los cachacos, o los bogotanos o los rolos usaban sobre todo y vestido de paño, y que antes la gente era muy elegante y que antes Bogotá era paradisíaca. Eso primero, pues es vivir en el pasado. Y segundo, es algo que está muy lejos de la realidad. Uno se pone a leer a los cronistas para hablar seriamente del tema y con algún rigor histórico, uno se pone a leer los cronistas que narraron a Bogotá en cierto momento, y hay libros sobre eso. Uno lee a toda la gente que venía de distintos lugares del mundo, bajaba por el Magdalena, se bajaba en Honda, después llegaba aquí a la sabana de Bogotá y contaban que esta ciudad era terrible, no era higiénica, no era hospitalaria, no era limpia, no era fácil Bogotá siempre ha sido muy, muy difícil. Y qué bueno mirar uno sobre todo al presente, sobre todo al presente, porque quien vive en el futuro vive, y yo lo he hecho muchas veces y estoy tratando de curarme eso, vive en el terreno de la nostalgia. Y la nostalgia muchas veces es invocar la depresión y es invocar el dolor por aquello que se perdió y extremar la visión de futuro también es vivir en la ansiedad y en lo que esperamos que pase, que de pronto no pase. Si uno está presente, uno puede quizá vivir más resolviendo la cotidianidad, notando más la cotidianidad, descubriendo más la cotidianidad, porque si no Bogotá se va a quedar sin gente que la cuente, quién nos va a contar cómo es la Bogotá de 2024. Cuando estamos pensando en la Bogotá de los 80. Está bien que hablemos de los Billis para hablar de temas recientes, de la escena alterna de los 90, pero ahora estamos en una Bogotá que merece gente que la cuente, gente que la viva y vivamos en el presente y creo que se pueden hacer muchas cosas y tomando el presente como un punto de partida se puede llegar a algo más que seguir en el ayer, porque el ayer no fue tan lindo y el ayer pasó y el ayer ya tuvo su gente y ya tuvo sus protagonistas, creo.
Santiago Rivas: Absolutamente de acuerdo. Voy a dejar ahí para cerrar porque me parece que es la nota perfecta. Andrés, muchísimas gracias.
Andrés Ospina: Gracias a ti y gracias a ustedes. Me encontré con buenos amigos acá en esta visita y qué lindo que estén hablando de ciudad en presente.
Santiago Rivas: Llega la hora de nuestras noticias, porque recuerden que este episodio y todos los episodios de Cultura Bogotá este podcast, se hace gracias al trabajo arduo e intenso de todo el equipo de la Oficina Asesora de Comunicaciones de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá Es decir que tenemos periodistas y tenemos videógrafos y videógrafas y tenemos también gente experta en contenidos digitales, personas que están haciendo estrategia para las redes editora, que es Astrid Ávila, un saludo. Y tenemos, bueno, tenemos a mucha gente y tenemos también un excelente jefe de prensa que es Isabel Cristina Salas, que está con nosotros para hablar sobre las noticias de esta semana, la semana por venir.
Isabel Salas: Hola Santiago, pues gracias por la invitación y muy contenta de estar acá para contarles las noticias del sector cultura recreacion y deporte, en esta oportunidad.
Santiago Rivas: Muy bien, seguimos. Nosotros tuvimos en este episodio, ya acaba de pasar, acaba de irse Andrés Ospina, con quien estuvimos hablando sobre bogotaneidad como concepto, precisamente porque me llamó la atención que en la agenda estuviera planeado un festival de la Bogotá Nosotros estuvimos hablando con Andrés de una manera muy abstracta acerca de lo que suponía la construcción de una apuesta de identidad. Bogotaneidad que es una ciudad tan fragmentada, tan hecha a retazos, que tiene un urbanismo además tan hecho a retazos, un clima cambiante que es distinto en una parte y otra de la ciudad, que tiene 20 localidades gigantescas, una de las cuales además es rural, más grande que todas las otras 20 juntas. Es decir, Bogotá es una ciudad tan difícil de abarcar que nosotros quisimos un poco entender cómo esto se podía convertir en una apuesta desde la Cultura Ciudadana. Y sin embargo hay un festival de la bogotanidad. ¿Entonces, qué va a encontrarse la gente este sábado 28, domingo 29, en el Parque del Bicentenario, antiguo Parque de la Independencia?
Isabel Salas: Sí, Santiago, pues justamente en este festival vamos a celebrar toda esa diversidad que nos constituye como ciudad y pues parte del propósito que tiene este encuentro es festejar la diversidad y promover ese orgullo por nuestra historia, por las tradiciones más profundas de Bogotá. Durante este fin de semana todos los que pasen por el parque Bicentenario van a poder acceder a artistas en vivo, gastronomía, cine al aire libre y también vamos a tener unos espacios de bienestar pensado después para toda la ciudadanía. Algo que es muy importante de este festival de la bogotanidad es que abre la semana de la Cultura Ciudadana. Esta semana se hace de forma tradicional y por supuesto tiene también como propósito recuperar este orgullo por nuestra ciudad. La semana de la Cultura Ciudadana empieza el 28 de septiembre y termina el 4 de octubre, y pues es una semana donde tendremos actividades de todo tipo, jornadas para reflexionar, jornadas para conectarnos con la ciudad, desde otro lugar. Y también por supuesto, jornadas de reflexión y conversación acerca de la Cultura Ciudadana en nuestra ciudad, cómo este concepto se ha ido transformando y cuáles son las proyecciones que se tienen en relación a él. Vamos a tener temas o espacios relacionados con género, con salud mental, con el respeto por el espacio público que es tan importante y por supuesto un conjunto de reflexiones y de acciones también para que cada vez hagamos más de nuestra ciudad un espacio respetuoso, cuidadoso e incluyente que hace parte de los propósitos que tenemos desde la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.
Santiago Rivas: Bueno, pues ojalá esto se traduzca en una bonita conversación acerca de lo que corresponde a pertenecer a Bogotá Y bueno, eso, es decir, nosotros nunca hemos necesitado más de espíritu colectivo que ahora, creo que eso tal vez sea la apuesta más necesaria, que es de donde están también los otros programas como Barrios Vivos, Mi Ciudad, Mi Casa, que es un poco un llamado a que efectivamente haya espíritu colectivo. Ojalá eso por supuesto se mantenga. Y nos quedan dos tremendos eventos, porque nosotros en nuestro primer episodio entrevistamos a Octavio Arbeláez, director artístico del FIAV, Bogotá. Festival Internacional de Artes Vivas, pero esto ya está al caer,
00:30:00
Santiago Rivas: esto empieza ya. Entonces hábleme del Fiav por favor.
Isabel Salas: Sí, a propósito, gran entrevista, si no la han escuchado regresen al episodio anterior y escúchenla porque realmente es una gran, gran entrevista con Octavio Arbeláez. Y sí, ya llegó el Festival de Artes Vivas, FIAV Bogotá. El festival será del cuatro al 14 de octubre. Si ustedes todavía no tienen sus boletas, por favor consulten ya mismo la página web fiavbogota.com y vayan a ver la grandiosa programación que vamos a tener. Realmente Bogotá se va a transformar en un escenario gigantesco, van a haber más de 400 artistas nacionales e internacionales, son más de 100 espectáculos de diferentes disciplinas, desde teatro hasta danza, circo, música, performance. Bueno, mejor dicho, este festival es de verdad un espacio único donde precisamente el arte vivo es protagonista. Y bueno, en esta primera edición del Fiap vamos a tener compañías y creadores de más de 12 países que tienen por supuesto un enfoque de innovación y de hacer convivir múltiples experiencias artísticas.
Santiago Rivas: Entonces hábleme de las regiones invitadas.
Isabel Salas: Bueno, algo que es muy importante es que en esta primera edición vamos a tener dos regiones invitadas, la primera que es la región nacional que es el pacífico colombiano y la internacional es el estado de Río de Janeiro de Brasil. Entonces, pues bueno, de verdad la programación está súper nutrida, está súper interesante y no se la pueden perder. Consulten toda la programación, consigan sus boletas en fiavbogota.com Recuerden que festival va del 4 al 14 de octubre.
Santiago Rivas: • Diez días para disfrutar de las artes vivas, pueden salir a la calle, pueden encontrárselo en teatro, es decir, hay muchas manifestaciones distintas de algo que harta falta nos estaba haciendo y era tener de nuevo un tejido completo en la ciudad dedicado al disfrute de un arte de varias porque ya no solamente una cosa teatral, existe la danza, el performance, en música y teatro callejero hay circo, mejor dicho, a disfrutar entonces del FIAV Bogotá Y para terminar, tenemos además un festival de poesía Reverso Bogotá ¿Este es un festival cuya convocatoria se lanza ahorita, correcto?
Isabel Salas: Sí Santiago, y además este este festival tiene una particularidad y es que es el primer festival poético radial, así que eso hace la diferencia. Para todos los que por ejemplo les gusta escucharnos a través de este podcast, pues también invitadísimos a escuchar lo que se viene en relación a poesía. El festival va a ocurrir en noviembre, en realidad desde el 4 al 9 de noviembre, pero ahora mismo acabamos de lanzar una convocatoria para poetas, estamos buscando poetas y poetisas para reconocer y premiar su trabajo. La convocatoria está abierta el 27 de septiembre al 11 de octubre y se van a entregar $100 millones en total en cuatro categorías: poesía infantil, poesía desde la juventud, poesías de la experiencia y poesía interdisciplinar. Así que si ustedes nos están escuchando y escriben poesía, anímense a participar en esta convocatoria, toda la información está en nuestra página web, cómo pueden participar, cómo se pueden presentar y bueno, la idea es que los premiemos durante el festival que va a ocurrir entre el 4 y el 9 de noviembre. También les voy adelantando un poco, seguramente más adelante volveremos a hablar sobre este festival, pero para que se vayan programando en estas fechas habrán talleres, charlas con poetas, vamos a también tener también lecturas de poesía, micrófonos abiertos en las bibliotecas públicas de la ciudad y por supuesto en eventos radiales. Este es un trabajo que estamos haciendo con emisoras universitarias, así que súper invitados a este festival, a estar atentos de la programación que se viene y por supuesto a si usted escribe poesía, presentarse a esta convocatoria que estará abierta el 27 de septiembre al 11 de octubre.
Santiago Rivas: Recuerden 27 de septiembre al 11 de octubre. Toda la información en culturarecreacionydeporte. Gov co. Muchísimas gracias Isa.
Isabel Salas: A ti, muchas gracias. Y bueno, por acá estaremos nuevamente seguro contándoles más noticias del sector cultura, recreacion y deporte.
Santiago Rivas: Para terminar,
00:35:00
Santiago Rivas: vamos con nuestra sección Bitácora a cargo de Gonzalo Rodríguez, que nos trae recomendaciones que no solamente van a encontrar aquí ustedes en voces de sus mismos artistas, y autores, sino también en Spotify en una playlist que ustedes van a encontrar también en los datos y en los enlaces de este episodio y de todos los episodios de Cultura Bogotá. Así que adelante Gonzalo
Gonzalo Rodríguez: Pues Santiago, siempre será un placer estar acá dando más más recomendaciones en nuestra bitácora musical en Cultura Bogotá y hoy vamos a comenzar con la voz de Mario Duarte, artista de la ciudad de Bogotá, de la localidad de Santa Fé, ha crecido en el barrio La Macarena y pues ahí se construyeron muchísimas canciones de una banda bogotana llamada La Derecha y recientemente se presentaron en el festival Cordillera y además pusieron a disposición en plataformas en Internet su clásico álbum Balas de bebé y le preguntamos a él, a Mario, a Mario Duarte que nos contara esos recuerdos y cuál es la canción favorita de este disco clásico del rock bogotano, del rock colombiano.
Mario Duarte: Hola Gonzo, oye mi canción favorita es ¨Balas de Bebé¨ porque le da como nombre al disco y me acuerdo que lo primero que pienso en ese disco era que ya había hecho un disco en primero habíamos hecho un disco en el que pues le pusimos el nombre de la banda y el segundo disco era busque ese nombre para ese disco, entonces me acuerdo que había leído algo de un escritor que creo que Humberto Eco, que decía que si uno no tenía un nombre así como concreto, bueno, pusiera un nombre largo y así despistaba, entonces por eso puse ese nombre.
Gonzalo Rodríguez: Y nuestro segundo recomendado llega desde Bogotá también, pero un artista que va y vuelve entre Santa Elena, Antioquia y Bogotá, en el norte de la capital, se llama Sat Colibrí que nos habla de su mas reciente sencillo, un artista que seguramente muy pronto nos estará visitando en varios conciertos en la ciudad. Sat Colibrí, también en Cultura Bogotá
Sat Colibrí: Hola Gonzalo y te cuento un poco sobre ¨Quién lo diría¨ que es mi nueva canción, es una canción que le escribí a mi esposa como una manera de agradecerle todo el apoyo en momentos de de oscuridad y de aislamiento en los que había estado y pues cuando ya encontré un poco más de luz en mi vida, pues puede escribirle esta canción que tiene toda esa energía de la gratitud y del amor consciente, el amor presente. Y nada, es una canción que tiene influencias de en el ritmo del R&B en las guitarras, tiene algunos elementos de lo fi .Digamos que todos estos instrumentos pues los interpreto yo y realmente ha sido una música que me ha inspirado mucho, que me ha hecho bailar, que me ha hecho disfrutar bastante del proceso de composición y de producción. La compuse yo y la coproduje con Sebastián Mejía, nominado a los premios Grammy Latino y la mezcló y la masterizó Stefano Pizzaia, me encanta saber que bueno que esta canción estará en el podcast.
Santiago Rivas: Esto fue Cultura Bogotá, un podcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, dirigido y conducido por mí, Santiago Rivas, editado y producido por Gonzalo Rodríguez. Recuerden por favor encontrarnos en todas sus plataformas. Si tienen ustedes alguna plataforma específica que les permita calificarnos y ojalá comentar el podcast, por favor háganlo. Eso es lo que nos ayuda a crecer esta conversación. Nosotros necesitamos de ustedes, pero como somos un podcast del servicio público, no necesitamos ningún tipo de financiación, ni patronaje, mecenazgo, ni nada por el estilo. Lo que necesitamos, necesitamos en cambio, es que nos ayuden a darnos impulso, es decir, recomiéndenos con sus amigos y amigas, recomiéndenos con su familia, pónganos en las plataformas, comparta este episodio en sus historias, permítanos llegar hasta otras casas y otros oídos para poder expandir el influjo de Cultura Bogotá. Nos oímos en el próximo episodio. Hasta luego y muchísimas gracias una vez más al Instituto Caro y Cuervo y su emisora CYCRadio.