Leonor Gonzalez Mina QEPD

Lamentamos la muerte de Leonor González Mina, “La negra grande de Colombia”

El 27 de noviembre de 2024, Colombia perdió una de sus figuras culturales más emblemáticas: Leonor González Mina, conocida como “La negra grande de Colombia”. Su fallecimiento, a los 90 años de edad, deja un vacío en el mundo de la música y el folclor, pero también un legado inmenso que trascenderá por generaciones. La artista representó la riqueza cultural del Pacífico colombiano y también fue una defensora de la igualdad y la justicia social.

Por: Astrid Ávila Castro

Una vida de lucha y arte

Leonor González Mina nació el 16 de junio de 1934 en la vereda Robles en Jamundí, Valle del Cauca, en el seno de una familia trabajadora. Hija de un agricultor de cacao y una ama de casa evangélica, creció entre cantos y tradiciones orales que marcarían su camino artístico. Desde pequeña, su abuelo, quien había sido esclavo, la inspiró con su poderosa voz de bajo. Como menciona la cartilla con su biografía ilustrada en Historias de identidad y orgullo, “Leonor jugaba fútbol y cantaba durante las fiestas del pueblo, con sus siete hermanos y sus amigos. Cantaba con su mamá mientras esta cosía, y con el coro de sus tíos religiosos dirigidos por su abuelo, que tenía una preciosa voz de bajo”.

Su talento la llevó a desafiar las expectativas de su familia, quienes soñaban con que estudiara una carrera convencional. Según relata la misma obra, “el papá de Leonor quería que ella fuera psicóloga o enfermera... Pero no, eso a Leonor le parecía un disparate. Ella solo quería cantar”. Esa determinación la llevó a abandonar el colegio de monjas donde enfrentó discriminación racial, marcando un momento decisivo en su vida: “Tomó conciencia de la injusticia de ser excluido o excluida por cualquier absurda razón. Se prometió a sí misma que lucharía en contra de esta discriminación y llegaría a ser la mujer afrocolombiana más importante de Colombia”.

A los 18 años, Leonor decidió tomar las riendas de su destino y viajó a Bogotá, donde se unió al ballet folclórico de los hermanos Delia y Manuel Zapata Olivella. Fue allí donde comenzó a brillar, primero como bailarina y luego como cantante. Su primera presentación internacional ocurrió en París, un hito que marcó el inicio de una carrera de proyección global. Como recuerda Radionacional de Colombia, “cantó por primera vez ante un auditorio en París, cuando hacía parte del cuerpo de bailarines del Ballet Folclórico de Delia y Manuel Zapata Olivella. Ellos la instaron a cantar para quemar tiempo entre cuadros, y en lo sucesivo no abandonaría ese arte”.

En 1964 grabó su primer disco, Cantos de mi tierra y de mi raza, bajo la dirección de Hernán Restrepo Duque, quien también le dio el remoquete que la inmortalizaría: La Negra Grande de Colombia. 

En palabras de Luis Daniel Vega para Radio Nacional: “En el verano de 1973, La Negra Grande de Colombia fue invitada a la décima edición del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Mina arribó a la República Democrática Alemana acompañada de una fulgurante Columna de Fuego, integrada para esa ocasión por Cipriano Hincapié (trompeta), Adolfo Castro (trompeta) Jairo Gómez (trombón), Jorge Abarca (guitarra), Jaime Rodríguez (bajo), Roberto Fiorilli (batería) y Daniel Basanta (tumbadora). (...) Fue la primera gira de un grupo de rock colombiano por tierras europeas”.

Desde entonces, se convirtió en embajadora del folclor colombiano, llevando canciones como Mi Buenaventura, El alegre pescador y Yo me llamo Cumbia a escenarios de todo el mundo. Su legado fue reconocido con premios como la condecoración Andrés Bello en Venezuela (1978) y la Orden Simón Bolívar en Colombia (1980).

Arte y compromiso social de Leonor González Mina

La vida de Leonor no se limitó al arte, ya que también fue una activista comprometida. Inspirada por su propia experiencia de discriminación, trabajó por la equidad racial y de género. En 1998, incursionó en la política y fue elegida Representante a la Cámara por Bogotá, usando su voz para abogar por los derechos de las comunidades afrocolombianas. Según Historias de identidad y orgullo, “se encendió en ella el afán por un mundo mejor. Ser afrocolombiana y ser mujer eran condiciones que ella sabía que necesitaban apoyarse y defenderse”.

Leonor González Mina será recordada por su voz única y por su capacidad para transformar la adversidad en arte y acción. Como mencionó el investigador José I. Pinilla, citado en Radionacional.co, “ocupó un primer puesto entre las vocalistas colombianas que más han obtenido popularidad en el exterior mediante sus giras por Venezuela, Chile, Costa Rica, México, Estados Unidos y varios países de Europa”. Jaime Rico Salazar también destacó su labor en “la divulgación que ha hecho de las canciones del litoral del Atlántico y del Pacífico, de donde es ella”.

Su legado sigue vivo en canciones que resuenan en cada rincón de Colombia y en el recuerdo de una mujer que demostró que la música y la justicia social pueden ir de la mano. La Negra Grande de Colombia nos deja un mensaje de resistencia, orgullo y amor por nuestras raíces.

Una despedida con gratitud

Leonor González Mina falleció a los 90 años marcando para siempre la historia de la música colombiana. Su ejemplo inspira a valorar y defender las tradiciones culturales, a la vez que reivindica la lucha por un mundo más justo. Como dijo alguna vez su amigo Manuel Zapata Olivella: “Esa lagartijita es una bomba”. Esa bomba de talento y pasión seguirá iluminando nuestro camino.



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