
El grafiti dialoga con el patrimonio religioso en Bogotá: nueva exposición en la Iglesia San Ignacio
- Por primera vez, en más de cuatro siglos, la Iglesia San Ignacio, en el corazón de la Manzana Jesuítica de Bogotá, abre sus puertas para acoger una exposición de grafiti.
- Nueve artistas reinterpretan el arte colonial desde el grafiti, resignificando los símbolos del pasado en un lenguaje contemporáneo.
- Una exposición que transforma el patrimonio en un puente de diálogo, memoria y reconciliación, donde Bogotá reafirma su vocación como ciudad creativa y pluricultural.
El arte urbano entra en diálogo con el patrimonio religioso en el corazón de La Candelaria. Este martes 7 de octubre, a las 6:00 p.m., se inaugura la exposición “Trazos de Esperanza: Arte urbano por la paz” en la Capilla San José, ubicada en la Iglesia San Ignacio, uno de los templos coloniales más representativos del país. La muestra permanecerá abierta hasta el 14 de noviembre, de martes a sábado, entre la 1:00 p.m. y las 4:00 p.m., con entrada libre.
La exposición es presentada por la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño – FUGA, a través de su proyecto Bronx Distrito Creativo, en alianza con la Manzana Jesuítica de Bogotá y la Subdirección de Asuntos Religiosos de la Secretaría Distrital de Gobierno, en el marco de la 38ª Semana por la Paz, bajo el lema “Arropamos la vida con dignidad y esperanza”.
“Trazos de Esperanza” reúne a nueve artistas urbanos de la Mesa de Grafiti Área Centro: Trazo, Prado, Tegas, Smith, Bec, Liza Bella, Maick, Santink y Hereje, quienes recorrieron la Manzana Jesuítica de Bogotá y dialogaron con su historia espiritual y patrimonial. Inspirados por la memoria de la Iglesia San Ignacio, cuya primera piedra fue colocada en 1610 y que fue dedicada a San Ignacio de Loyola en 1635, los artistas reinterpretaron sus símbolos religiosos y su valor histórico desde la mirada contemporánea del arte urbano.
De ese proceso surgieron nueve obras realizadas en paneles de MDF de gran formato, en técnica de aerosol, que adoptan el lenguaje del grafiti para resignificar esculturas, frescos y figuras devocionales del periodo colonial. Estas piezas no ocupan los muros del templo, pero dialogan con ellos, se presentan como una traducción visual entre lo espiritual y lo cotidiano, entre el patrimonio jesuita y las nuevas narrativas urbanas que habitan el Centro de Bogotá.
El proceso creativo fue acompañado por el equipo de mediación de la FUGA y por la comunidad jesuita, generando un intercambio entre artistas, patrimonio y espiritualidad. Este diálogo dio forma a un proceso colectivo en el que la fe, la memoria y la creación contemporánea se encontraron en un mismo propósito: construir paz a través del arte.
“El grafiti no irrumpe, dialoga; resignifica los símbolos y les da voz en el presente. Este proyecto no enfrenta lo sagrado y lo urbano, sino que los reconcilia, reafirmando a Bogotá como una ciudad plural donde el arte construye comunidad y esperanza”, señaló Blanca Andrea Sánchez, directora de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño – FUGA.
Obras que reinterpretan el patrimonio religioso
- “Todo Copas” de SMITH (@todocopasrap) enlaza la serenidad espiritual con la jerga popular bogotana, contraponiendo lo sagrado y lo urbano en un mismo plano visual.
- “Arte Urbano como Religión” de LIZA BELLA (@lizabella90graff) transforma la imagen del Inmaculado Corazón de María en un símbolo de fe, dignidad y esperanza.
- “El Niño Dios” de TEGAS (@tegasgraff) actualiza la iconografía del Niño Jesús en clave contemporánea, fusionando tradición y arte urbano.
- “Montanangel” de SANTINK (@santink_crea) reinterpreta un ángel jesuita que, en lugar del globo terráqueo, sostiene una boquilla de aerosol como emblema de creación.
- “Inspiración Divina” de HEREJE (@hereje.08) convierte al ángel lector de los frescos coloniales en artista urbano, exaltando la creatividad como acto espiritual.
- “Liberación” de BEC (@1_sin_fin) evoca la redención y el autoconocimiento a través del color, mostrando el arte como fuerza vital y sanadora.
- “Guardian of Colors” de MAICK (@maick_dpbs) presenta un ángel protector en medio de explosiones cromáticas, donde lo divino habita lo urbano.
- “La Bendita Virgen de la Pintura” de TRAZO (@trazograffiti) une el misticismo del siglo XVII con la energía cósmica del presente, con la palabra VIDA como estandarte.
- “Vendedores de la Manzana Jesuita” de PRADO (@prado_expo) retrata la cotidianidad de La Candelaria, donde el patrimonio arquitectónico convive con la vida popular.
Cada obra establece un diálogo con el acervo jesuita, con referentes como Santiago Páramo y Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, revitalizando el legado colonial y demostrando que el patrimonio no pertenece solo al pasado, sino que puede inspirar nuevas formas de creación y convivencia.
Por primera vez, el grafiti entra así en la llamada “Capilla Sixtina de Bogotá”. Allí, el arte expande la mirada sobre la fe, la historia y la ciudad. Trazos de Esperanza no es solo una exposición, es una declaración cultural de Bogotá, una ciudad que abraza su diversidad y encuentra en el color, la memoria y la creación una forma de reconciliación que trasciende. #AquíSiPasa
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