Cantante de reggae
Foto: Pixabay

Aires de reggae en Bogotá, sonidos para festejar

El 1 de julio se celebra el Día Internacional del Reggae, un género musical jamaiquino que hace parte de la cultura universal, gracias a sus ritmos que logran inspirar y animar a la gente.

Esa es la filosofía de vida que tiene Eduardo Bryan Mclean, más conocido como ‘Ras Pina’, un cantautor raizal de la música insular de Colombia, quien proviene de una familia musical de la isla de San Andrés. Fue el único nieto que quiso compartir con su abuelo, intérprete de violín, ya que era un hombre muy estricto, pero compartían la pasión por la música.

Creció con las raíces de la cultura británica de su familia y las raíces sanandresanas de su juventud. Fue así como fundó un grupo musical con sus primos, llamado Solution, con el que se presentó en varios festivales nacionales de importante representación.

Años después, la vida y la música lo trajeron a Bogotá, donde se convirtió un referente del reggae como integrante de la agrupación Kubango, con la que participó en el Festival Centro en 2021, evento organizado por la Fundación Gilberto Álzate Avendaño (FUGA). Actualmente, tiene un proyecto de banda llamado Ras Pina and the Dragons, que tiene influencias del calypso, el mento y roots reggae.

“La música reggae aporta paz, amor, vivencias y mezcla de culturas. Y el reggae tiene muchas letras, lo que pasa es que la gente a veces lo escucha porque suena rico, pero las letras tienen mucha propiedad. Mis letras hablan sobre racismo y otras problemáticas sociales, pero eso no impide vivir en paz con las demás personas y mezclar la cultura”, afirma Ras Pina.

Este cantautor, que se considera un rolo más, reconoce que el reggae pasa un buen momento en la ciudad, ya que se escucha más y hay más público para este género, sin embargo, le gustaría que hubiese más eventos culturales a escala barrial y local.

“Es bueno tocar para que la gente sienta, para que la gente vea, que despeguen su mente de la situación que pasa el mundo y se enfoquen en la música, porque además la música es sinónimo de disciplina y le sirve tanto a adultos como a niños y niñas, porque uno, aunque sea grande, se vuelve a ser niño cuando comparte con ellos”, afirma Mclean.

 

Para este músico, en muchos lugares la cultura se está perdiendo, no solo en San Andrés o en Colombia, por ello él pone su granito de arena innovando con la música, por ejemplo, usando sonidos electrónicos en estos ritmos tradicionales y compartiendo al mundo sus letras, como la de What a Life (Qué vida). La invitación, entonces, es a que escuchemos más reggae para nutrir el alma.

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