Otro año de Salsa al Parque enriquece nuestra memoria

El fin de semana disfrutamos de Salsa al Parque, un evento de ciudad, completamente gratis, con artistas internacionales de primera categoría y artistas locales que tuvieron la oportunidad de presentar sus proyectos ante una audiencia amplia y diversa; un evento de escala gigante que reunió a más de 160.000 personas de todas las zonas de la ciudad. Recalco lo anterior, aunque para muchos sea tema conocido, porque en ocasiones lo maravilloso al hacerse cotidiano comienza a derivar en paisaje. Los Festivales al Parque, de los que disfrutamos en variedad a lo largo del año, son un ejercicio extraordinario de cultura, de arte, de cuidado, de convivencia. También son una celebración de lo que somos, y por supuesto son un espacio para gozar la vida, pero son, sobre todo, la prueba de que en Bogotá sabemos cuidar de los y las demás, de que en Bogotá sabemos pensarnos la cultura colectivamente.

Porque pocos eventos ciudadanos reúnen en un mismo espacio a tal cantidad de personas dispuestas a compartir. Porque pocos eventos ciudadanos, públicos y por tanto de todos y todas, pueden preciarse de llenar de orgullo los corazones de cada asistente, de abrir el diálogo para extenderlo a lo que queremos ser en un futuro, de entusiasmar desde la confianza en lo público. Salsa al Parque estuvo a reventar, cientos de miles de personas bailaron y se gozaron los conciertos, cientos de miles de personas reconocieron en los y las demás asistentes a ciudadanos que comparten con ellos la experiencia de habitar la ciudad, y, más importante todavía, se reconocieron parte de una ciudadanía capaz de transformar desde el arte, la cultura y el cuidado.

En el próximo Festival al Parque, les hago la invitación a tomarse un momento para mirar al público. Para separar los ojos del hechizo del escenario, donde el arte está tejiendo toda su belleza, y detenerse en las personas que bailan y cantan, que están juntas, que laten con el mismo ritmo. Van a ver que independiente del género, de la salsa o del rock, o del jazz o del joropo, entre otros, lo que encontrarán es toda la diversidad de Bogotá conectada y activada. Nuestra mayor riqueza es saber que podemos reunir a esa diversidad en escenarios de convivencia y disfrute, que podemos contar con esa diversidad para que responda a los llamados de la cultura, que desde esa diversidad podemos encontrar acuerdos y puntos en común que nos permiten soñarnos a futuro.

Entre todos los festivales, Salsa al Parque fue entre 2019 y 2022 el de mayor crecimiento, tuvo además una respuesta por parte de los y las jóvenes tremenda, y este año termina de demostrar que se ha consolidado como un espacio multitudinario de ciudad. Esa multitud danzante y de escucha atenta, esa multitud amable y dispuesta al encuentro, esa multitud que se encuentra para celebrar es lo más hermoso que estos festivales permiten. No olvidemos eso, no lo perdamos de vista.

Que los Festivales Al Parque, que Salsa al Parque, sigan creciendo, y que con ellos crezcamos como ciudadanía, reconociendo que es en el encuentro y en el cuidado de lo público donde podemos ser nuestras mejores versiones. Donde podemos compartir la clave, el ritmo, y los sueños.

Y tú, ¿Cómo cuidas de los Festivales al Parque?

Feliz semana.

Catalina Valencia Tobón

Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte