La llorona generada por IA
Imagen: Generada por IA

La llorona: historia, orígenes y evolución de una leyenda 

La leyenda de La Llorona es una de las narraciones más arraigadas en la cultura popular de Latinoamérica. Su historia ha trascendido generaciones y fronteras, convirtiéndose en un símbolo del folclore que sigue despertando temor. Aunque su relato ha cambiado con el tiempo, su esencia sigue siendo la misma: el lamento desgarrador de una mujer que busca a sus hijos y cuya presencia es presagio de desgracia. Para comprender su impacto, es fundamental explorar sus orígenes y cómo ha evolucionado desde las antiguas civilizaciones mesoamericanas hasta la actualidad.

El origen prehispánico de La llorona

La leyenda de La Llorona es una de las más icónicas de América Latina y su origen se remonta a tiempos prehispánicos. Según Milagros Palma en El mito de la llorona en América Latina, antes de la llegada de los conquistadores, los mexicas hablaban de una diosa conocida como Cihuacóatl, una entidad femenina vinculada a la maternidad y a la guerra. Cihuacóatl era también la protectora de las mujeres que morían en el parto y, según los relatos, deambulaba por la noche, emitiendo lamentos que presagiaban desgracias. Este personaje prehispánico es considerado una de las posibles inspiraciones de la figura de La llorona.

Otra versión prehispánica de la historia relata que La llorona es el alma en pena de una mujer que, al presentir la caída de los aztecas ante los conquistadores españoles, lamentaba la tragedia que le esperaba a su pueblo. Sus sollozos, según los antiguos textos recopilados por Fray Bernardino de Sahagún, eran interpretados como un mal augurio. Se dice que esta mujer aparecía en los lagos y ríos cercanos a Tenochtitlán, gimiendo por la suerte de sus hijos y de su civilización.

La conexión entre La Llorona y el agua es un elemento recurrente en diversas culturas mesoamericanas, donde los cuerpos de agua eran vistos como portales hacia el inframundo. En varias tradiciones, las figuras femeninas vinculadas al agua eran consideradas guardianas o mensajeras del más allá, lo que podría explicar por qué La Llorona suele aparecer en ríos y laguna.

La Llorona en la época colonial y su evolución

Durante la colonia, la leyenda tomó una nueva dirección y se mezcló con narrativas europeas. Una de las versiones más populares sostiene que La Llorona era una mujer mestiza que se enamoró de un noble español. Fruto de esta relación nacieron varios hijos, pero el español se negó a reconocerlos y la abandonó para casarse con una mujer de su mismo estrato social. Devastada por la traición y el rechazo, La llorona ahogó a sus hijos en un arranque de desesperación y, al darse cuenta de su crimen, se suicidó. Como castigo, fue condenada a vagar eternamente en busca de sus hijos, lamentándose con su famoso grito: "¡Ay, mis hijos!".

Desde una perspectiva sociocultural, el mito de La llorona ha sido interpretado como una representación de la opresión de la mujer en la sociedad colonial. La historia refleja la marginación de las mujeres mestizas y la imposición de valores en el Nuevo Mundo. En esta versión, La Llorona encarna el sufrimiento de las mujeres abandonadas y la injusticia de un sistema que privilegiaba a los españoles sobre los pueblos indígenas.

En Nuevas lecturas de la llorona: imaginarios, identidad y discurso parabólico de Alberto y Aitiana Martos, hay otra interpretación que sugiere que la leyenda funcionaba como una advertencia para las mujeres jóvenes. En la sociedad colonial, se les enseñaba que debían ser recatadas y obedientes, evitando relaciones prohibidas con hombres de mayor estatus. La historia se usaba como un cuento moral para inculcar el temor a la deshonra y las consecuencias de desafiar el orden social establecido. 

Con el paso del tiempo, esta figura se ha mantenido vigente en la cultura popular, adaptándose en numerosas versiones a lo largo de Latinoamérica, cada una con sus propios matices regionales. En algunos países, se le describe como una mujer vestida de blanco con el rostro cubierto por un velo, mientras que en otros es un espectro que flota sobre el agua con una apariencia cadavérica. En todos los casos, su llanto sigue siendo una señal de advertencia y un recordatorio de su tragedia.



Visita nuestras redes sociales para estar al tanto de noticias y convocatorias.

LEO Radio