Bibliotecas comunitarias: la luz de Puente Aranda

Puente Aranda es la localidad número 16 de Bogotá, ubicada en el centro-occidente de la ciudad, es una zona industrial en la que, desde hace un tiempo, hay más espacios para la recreación y la cultura.

A través de iniciativas comunitarias, se han forjado diversos proyectos que pretenden responder a las necesidades culturales que tiene la población en diferentes barrios de la localidad, que tienen características muy particulares.

En esta oportunidad les contaremos la historia de cuatro bibliotecas comunitarias que se han convertido en epicentro de la cultura y en espacios seguros para niños, niñas, jóvenes y adultos mayores. Todas funcionan por iniciativa de la ciudadanía y gracias a la voluntad de vecinos y vecinas que se han empoderado de los proyectos.

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Biblioteca Comunitaria Palestina

Esta biblioteca, que está ubicada en la Junta de Acción Comunal del barrio Villa Modelo, es una iniciativa voluntaria de tres jóvenes que decidieron, desde mayo de 2022, poner un granito de arena para cerrar la brecha cultural de muchos niños y niñas que habitan este lugar.

Óscar Torres (Licenciado en Humanidades), Paula Rubiano (Creadora Literaria) y Jimmy Quintero (Licenciado en Educación Inicial), aportan sus aprendizajes y experiencias, sin esperar dinero cambio, solo con el objetivo de que la comunidad entienda la importancia de impulsar el arte.

El impacto que generan es muy importante, ya que la Biblioteca Comunitaria Palestina está ubicada en inmediaciones de la Cárcel La Modelo y el barrio de invasión Villa Modelo, que se encuentra a los alrededores de esta y que creció notablemente durante la pandemia.

“Esta zona es industrial y se tiene el imaginario de que es una zona parcialmente habitada, lo cual no es así, acá hay una alta zona residencial. A pesar de que estamos rodeados de varias casas informales, la biblioteca ofrece un espacio donde las personas de barrios formales e informales se pueden ver como iguales. Ambos sectores nos reconocen como parte importante del proceso comunitario y cultural de los niños”, dice Óscar Torres, cofundador de la biblioteca.

“La acogida ha sido muy cálida. Teníamos temor de que el proceso no tuviera alma, pero la comunidad lo acogió de una vez. También nos articulamos con la Escuela Popular de Fútbol”, cuenta Jimmy Quintero, otro de los cofundadores del espacio. Y es que, aunque la asistencia de usuarios es flotante, pueden llegar a tener hasta 20 niños involucrados en sus actividades.

Actualmente la biblioteca abre tres días a la semana, de 4:00 a 6:00 p.m, horario en el que niños y niñas pueden hacer actividades de promoción lectora y artes plásticas. Sin embargo, la idea de estos jóvenes es extenderse a otros escenarios de participación solidaria, como los parques públicos, e incluso llegar a prestar servicio de atención psicológica a la población vulnerable.

Dirección: carrera 56 con calle 17 (JAC Puente Aranda).

Biblioteca Eco Aula Eucaliptos

Esteban Salamanca, es cofundador y activista del Colectivo Puente Aranda Renace, que nació hace dos años con la intención de renaturalizar todos los espacios de la localidad.

Además su arduo trabajo de huertas comunitarias en varios parques de la localidad, el colectivo hoy cuenta con la Eco Aula Eucaliptos, un espacio para la experimentación ambiental y participación ciudadana, donde llegan personas del barrio San Rafael y de la zona norte de la localidad, a “huertiar” y a aprender sobre cultura ambiental.

El espacio, que fue construido mediante diseño participativo por las y los habitantes del barrio, cuenta con una huerta, lombricultivo, sistema hidropónico y de recolección de agua lluvia, paneles solares y sistema de monitoreo de calidad de aire. Allí, niños, niñas, jóvenes y adultos pueden ir a trabajar en la huerta, labor considerada por el colectivo como activismo, ya que están ubicados en una de las localidades más contaminantes de la ciudad.

Recientemente, los gestores de la eco aula también han adaptado un espacio de biblioteca para introducir literatura ambiental, de poesía y de naturaleza. 

“A partir del trabajo en la huerta también se refuerzan temas como la gastronomía, el cuidado de la salud, el arte y la cultura. Por ejemplo, nos gusta mucho hacer los ‘concervezatorios’ en los que solemos traer a panelistas para hablar sobre el cuidado del medio ambiente”, cuenta Esteban Salamanca.

En la Eco Aula se pueden tomar talleres de agricultura urbana todos los sábados de 10:00 a.m a 2:00 p.m. Queda ubicada en el barrio San Rafael, en el último piso del edificio de la Junta de Acción Comunal.

Dirección: carrera 53 b bis # 4c – 09 (JAC San Rafael).

 

Biblioteca Comunitaria El Verso del Colibrí

Camilo Casadiego es director, dramaturgo, docente y también el coordinador pedagógico de la Biblioteca Comunitaria El Verso del Colibrí, un espacio familiar donde la literatura es el punto de partida creativo para incentivar a las personas a replicar con hechos artísticos ese amor por la lectura.

Los gestores de esta biblioteca residen en Puente Aranda, y en vista de que tenían que migrar a otras localidades por la falta de espacios culturales y literarios, decidieron tomar la vocería y fortalecer estos procesos en la localidad para que la comunidad se apropie de ellos.

“Estamos en este proceso maravilloso de ligar la literatura con las artes. El proyecto, como proceso pedagógico inició hace dos años y, como espacio físico, inició hace un año, porque nos dimos cuenta de que necesitamos cambiar las metodologías educativas convencionales. Soy profesor y sé que hay falencias en la educación, entonces quisimos generar alternativas pedagógicas que puedan potenciar el aprendizaje de la comunidad, de la ciudad y el país”, cuenta Camilo Casadiego.

En la biblioteca se puede ir a ver teatro, practicar talleres de danza, música, pintura y literatura. También hay un cineclub para relacionar las narrativas del lenguaje cinematográfico con las experiencias de los asistentes.

Dirección:  carrera 40c #2d-61 (OTIUM Teatro).

Biblioteca Comunitaria Casa Viva

Esta es una de las primeras bibliotecas comunitarias que tuvo la localidad, surgió hace ocho años gracias a la gestión de la Asociación Amayta y el Proyecto Casa Viva, cuya gestora social y cultural ha sido la socióloga Argenis Guerrero, quien lleva 25 años trabajando en la localidad de Puente Aranda.

“Se construyó la biblioteca como un pretexto para tejer palabras e ideas. A esta biblioteca llegan muchos niños y adultos mayores. Tenemos una amplia gama de libros, participamos en las bolsas de estímulos de la Secretaría de Cultura, y siempre entretejemos nuestros proyectos con literatura. Consideramos que los niños que cogen amor por la lectura encuentran que estos son artefactos maravillosos que los pueden transportar a miles de lugares fundamentales para su formación y desarrollo”, dice Argenis. 

Es por ello que en la biblioteca desarrollan este hábito con bebés, niños, niñas y adultos a través de programas como ‘Lecturas desde la Cuna’ o ‘Lecturas desde el Sofá’, que se vieron obligados a implementar en plena pandemia como reemplazo de ‘Lecturas desde Parque’.

“El saber leer es fundamental en todas las áreas, carreras y profesiones. En todos los ámbitos de la vida y para forjar el hábito lector es fundamental trabajar con los papás, pues ellos son quienes lo transmiten a los niños y le abren la puerta al mundo de la literatura”, cuenta la lideresa.

Esta gestora social resalta que además de las actividades que desarrollan para niños, niñas, jóvenes y adultos, también tienen una importante colección de libros, entre ellas una muy importante para la memoria cultural local, pues poseen la colección de las memorias del Carnaval de Puente Aranda. 

Dirección: calle 4 bis #53c-50.