Hospital San Juan de Dios
Foto: SCRD

Hospital San Juan de Dios, un gigante que renace

Caminar por los pasillos del Complejo Hospitalario San Juan de Dios es ir inmediatamente 100 años en el pasado, cuando fue construido. Sus calles internas se conservan intactas en el tiempo, tanto que la imaginación permite ver el corre corre de un hospital.

Junto con Adriana Uribe, historiadora del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, recorrimos este emblemático lugar de Bogotá y el país, que en su apogeo fue uno de los hospitales más importantes y destacados de América Latina.

A lo largo de este episodio, podrás conocer o reconocer este espacio, sus edificios, pasillos, salas de cirugía, fisioterapia, consultorios, habitaciones de salud mental, entre otros, que luego, en el cierre del San Juan, se convirtieron en vivienda para sus ex empleados que no tuvieron a dónde más ir al quedarse sin trabajo. 

Te invitamos a que nos acompañes en este redescubrimiento del San Juan, de su historia, de su cúspide, su declive y su renacimiento, a conocer cómo ahora es un lugar de patrimonio integrado que atraviesa la vida de quienes trabajaron, vivieron y ahora usan sus memorias para no dejarlo morir. 

Escucha el episodio completo

Transcripción

Cortinilla: Historias, calle, creación. Esto es Cultura en Bogotá, un podcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte
Entrevistada Adriana Uribe: El patrimonio también nos enfrenta a nuestros errores como sociedad, miren la monumentalidad en todo sentido, no solo material, sino también afectiva de este lugar y como sociedad no hemos logrado mantenerla en funcionamiento.
Periodista: Qué bonito es saludar y ser saludado. Hoy estamos desde el Hospital San Juan de Dios, un lugar emblemático para Bogotá. Estamos con Adriana Uribe, historiadora del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural. Adriana nos va a contar un poco de esta historia y nos va a adentrar en todo este complejo que ha sido tan importante. Adriana ¿cómo estás?
Adriana U: Bien, gracias, qué rico tenerlos a todos y a todas aquí, que entren al hospital que está abierto a la ciudadanía, especialmente en el mes del patrimonio en el que tenemos muchas actividades desde el Instituto Distrital de Patrimonio para que vengan, nos acompañen, recorran y conozcan este lugar patrimonial de Bogotá.
Periodista: Adriana, entonces ¿en dónde estamos ubicados y por dónde vamos a iniciar este recorrido?
Adriana U:  Bueno, entramos por la Calle Primera, entre la Carrera Décima y la Avenida Caracas. Entramos por el núcleo fundacional que se inauguró en 1926, el núcleo fundacional son cuatro edificios. Estamos frente a la administración. Ustedes ven que es un edificio majestuoso. Además, está ya recuperado. Funcionó hacia finales del siglo XX como las oficinas de Manuel Elkin Patarroyo, del Instituto Inmunológico. Tiene dos edificios, a cada costado dos pabellones, San Roque y San Jorge. Son edificios gemelos que funcionaron como espacios de cirugía para hombres, para mujeres. Hay que decir que estos edificios fueron construidos inicialmente para el manicomio de Cundinamarca, pero nunca funcionaron para tal uso y detrás del edificio de administración, vamos a ver, después, que está la cocina que también es conocida como Siberia. Entonces ese es el núcleo fundacional de 1926 con el que se inauguró el hospital. Para ese entonces también estaba todavía en funcionamiento lo que era la casa del Molino de la Hortua. Era el uso que tenía el predio antes de que fuera comprado por el gobierno y esa casa fue usada como pabellón de tuberculosos recién se inauguró el hospital, porque los tuberculosos tenían que permanecer aislados para no contagiar a los otros pacientes y como este lugar fue elegido para seguir un modelo de medicina francés, que creía que las enfermedades se contagian por el aire y que un buen hospital debería prever medidas saludes de buenos vientos y buen acceso al agua, entonces los tuberculosos estaban en la parte occidental del hospital, en esa antigua casa, y los vientos que bajan de los cerros orientales cuando llegaban al pabellón de tuberculosos ya no se encontraban con ningún otro edificio de uso hospitalario en el que se pudieran presentar contagios.
Todo este tema de generar unas condiciones salubres para los enfermos, pues uno siente una amplitud de una generosidad espacial que es impensable casi hoy en día, digamos que si uno está aquí pensando que esto fue un hospital, la experiencia de hospital que uno tiene hoy en día es muy distinta. Esos son unos espacios grandes con parques, jardines…
Periodista: Lindo, elegante.
Adriana U: ¡Elegantísimo! Que no se acerca la experiencia de hospital que tiene uno hoy en día.
Periodista: O sea, como que los que construyeron este complejo también pensaban en el bienestar, no solo físico, sino también mental.
Adriana U:  Sí. Hay algo que a mí siempre me pareció interesante y es que hasta el siglo XIX la idea de hospital era para los más pobres, porque en realidad la gente que tenía dinero no iba a los hospitales, cuando se enfermaba iban los médicos a visitarlos en su casa, entonces el hospital era el lugar para morir, y era el lugar para morir de los más pobres. Y aquí en el Hospital San Juan de Dios empieza a haber también un cambio, sigue siendo un hospital de caridad, esa va a ser su misión desde siempre. Fue gratis y hasta el siglo XX, o sea, siempre ha sido un hospital público. Pero hay un cambio en que el hospital no es para morir solamente, sino que es un lugar como dices tú, para mejorarse, y de hecho cumplía con esa emisión.
Periodista: porque el nivel de los médicos que había acá era excelente y lograban que de verdad la gente saliera de sus enfermedades, ¿no?
Adriana U:  Sí, digamos que ya entrada la segunda mitad del siglo XX, el Hospital San Juan de Dios era emblemático, no solamente para Bogotá y para Colombia, sino que a nivel latinoamericano era uno de los hospitales mejor dotados más importantes del continente. Hay que recordar que la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional era quien prestaba servicio en San Juan de Dios.
Periodista: No, pues si la construcción se ve, o sea las escaleras que estamos subiendo en este momento totalmente clásicas, ¿no?, o sea, no parece un hospital, sino como una casa de estas familias adineradas de la época.
Adriana U:  Aquí igual vemos que los edificios fueron continuamente readecuados, entonces en este no se ve tanto, pero vamos a ver otros pabellones en los que las ventanas eran recortadas ,a veces como eran tan altos, entonces le salían entre pisos. Aquí vemos un mesón que parece como de laboratorio.
Periodista: y huele también… como a limpio (risas). Me da esa impresión y eso que están las ventanas abiertas.
Adriana U:  Sí, hay otro espacio que sí se ven ya como cubículos de oficina que, pues también uno entiende que son posteriores a la construcción original, entonces también es interesante ir viendo como los edificios también se fueron transformando a medida que iba cambiando el funcionamiento del hospital. Desde aquí vemos por la ventana hacia el sur el edificio de las cocinas, es el que está en obra y al fondo se ve la torre central, que es un edificio de los 50s que fue la que recogió todo el funcionamiento médico del San Juan de Dios en la segunda mitad del siglo XX.
Periodista: Súper linda la vista los jardines…
Adriana U: Sí, y las fotos… cuando uno ve fotos de principios del siglo los jardines tenían una pérgola, tenían bancas. Había sectores en los que tenían sembrados de plantas medicinales, todo eso hacía parte del cuidado médico del San Juan de Dios. Todos estos edificios y en general todo el conjunto tiene un plan de manejo y protección que ha empezado obras de readecuación de todos los edificios. El hospital por decreto, por ley, debe volver a abrirse como Hospital Universitario entonces hay que readecuar todos los edificios y ya han iniciado obras en varios. Ahora vamos a ver que hay unos que están en este momento en obra, donde estamos, en administración, ya pasó por ese proceso.
Periodista: Mientras llegamos al otro espacio, cuéntanos por qué este complejo se convirtió a lo largo del tiempo en un lugar tan importante para Bogotá, y, sobre todo, para el patrimonio.
Adriana U:  pues lo que hemos encontrado desde la investigación, es que lo que se ha resaltado continuamente sobre el valor patrimonial del hospital es la arquitectura que evidentemente es monumental, pero cuando uno empieza a hablar con quienes trabajaron acá, quienes fueron pacientes, quienes vivían en sus alrededores, empiezan a aparecer otros valores patrimoniales que explican mucho más esa importancia que todavía sigue viva del San Juan, es decir, el hospital dejó de funcionar como hospital hace 20 años y todavía seguimos hablando de San Juan. Aquí lo que encontramos es que hay una importancia para la memoria, para la identidad de Bogotá, porque aquí se formaron muchas generaciones de médicos, porque aquí se atendía a todo el que venía con la mejor calidad posible, porque este era un espacio de encuentro también para las comunidades que viven en los alrededores en el barrio Policarpa, en el barrio San Bernardo, es decir, todo el que fue paciente o tuvo a alguien enfermo aquí recuerda con mucho cariño el servicio que le prestaron, unos afectos que hablan mucho más del valor patrimonial y de la importancia que sigue teniendo hoy en día en San Juan. Había muchos pacientes que llegaban y no tenían familia, no necesariamente habitantes de calle, gente que no era de Bogotá que venía hasta acá a que lo trataran y que cuando le daban de alta no tenía dónde ir, había una preocupación por el paciente, entonces se intentaba ayudarle porque eso también hace parte de su situación médica, y entonces todo eso va sumando a que sea importante en la memoria del Hospital San Juan de Dios.
También hay una característica que a mí me llamó mucho la atención desde la investigación y es que todos los trabajadores del hospital con los que hemos tenido la oportunidad de hablar o de escuchar en relatos anteriores, tenían un sentido de pertenencia por su lugar de trabajo que también suena maravilloso, como un sentido de responsabilidad por este espacio, por el trabajo que hacían, fueran doctores o servicios generales.
Periodista: Dentro de los relatos que encontramos en sus micro sitios y en medios de comunicación siempre hay algo que me llama la atención y es que la gente decía que básicamente esta era su segunda familia, o sea, independientemente, porque claro acá pasaban mucho tiempo sabemos que los horarios del sector salud son extensos, pero esos relatos siempre cuentan es como esos lazos que se estrecharon… que me tocó venir con mi hijo a trabajar y el compañero me lo cuidaba, o la compañera tal. ¿sí? O sea, siento que esa era la magia también del lugar.
Adriana U: Si y hay una particularidad, creo yo que tenía el conjunto hospitalario y es que le prestaba servicios también a la comunidad y a los trabajadores, es decir, dentro del conjunto hospitalario San Juan de Dios hay un jardín infantil que todavía funciona, pero que fue originalmente solicitado por el sindicato de trabajadores para poder tener a sus hijos mientras trabajaban. También estaba la capilla, que bueno, digamos que hace parte de una concepción médica, pero también funcionaba para las comunidades vecinas, entonces también hay un sentido ahí de pertenencia, de “a mí me bautizaron ahí”, “yo hice la primera comunión en el San Juan de Dios” y todo. Eso va creando unos lazos de comunidad. Además de los que yo me imagino que tiene el trabajo médico en sí mismo, que es un trabajo muy duro en términos afectivos, pero también como de horario y de responsabilidad. Hay otra característica de la que nos hablaban algunos médicos, algunas enfermeras y es que el hospial siempre trabajaba como en condiciones muy precarias económicamente y eso también hacía que se tuviera que apelar a la creatividad para poder resolver los casos médicos y eso también yo creo que hace que uno esté como en constante trabajo en equipo. Muchos de los desarrollos médicos que se realizaron aquí en el Hospital San Juan de Dios también responden a esa necesidad de solucionar, más allá de las condiciones económicas en las que trabajaban.
(Transición sonora)
Adriana U: Bueno, aquí estamos frente al pabellón Paulina Ponce. Aquí, como ven en un letrero, adentro está la Unidad de Cirugía Plástica maxilofacial y de la mano. Estos son tres pabellones iguales, estos son de los 30s, son posteriores, ya se diseñaron y se construyeron sabiendo que iba a ser un hospital el que iba a funcionar.
Aquí lo que vamos a encontrar en términos generales es muy similar, este tiene la particularidad que las ventanas fueron recortadas a un tamaño mucho más convencional de finales del siglo XX, cuando entremos a San Lucas son ventanales de 4 metros de alto este espacio.
Hay huellas todavía de que esto debió tener oficinas, hay como huellas en el piso de muros y divisiones de nuevo. Esto se fue transformando mucho, especialmente cuando se construyó la torre que todo lo médico empezó a funcionar en la torre, entonces estos pabellones que servían para diferentes especialidades, pues cambiaron de funcionamiento en ese momento. entonces sí, todavía se ven huellas de muros, pero originalmente era un espacio que tenía camillas a ambos lados y uno en fotografías ve las salas de cirugía en dos extremos.
Periodista: pero en general el edificio está en buenas condiciones.
Adriana U: Sí, este ya está en proceso de readecuaciones, digamos que todavía vemos huellas de habitabilidad en estos pabellones. Hubo trabajadores viviendo después de que el hospital dejó de funcionar como tal, pues todavía se ven estos estos dibujos en las paredes
Periodista: contemos un poco esa historia acerca de las personas que quedaron viviendo acá cuando el hospital cerró, porque eso también es bastante impresionante, ¿qué pasó? ¿Por qué esta gente quedó acá? ¿cuánto tiempo?
Adriana U: El hospital dejó de funcionar en 2001 en septiembre, porque, entre muchas cosas, había una deuda muy grande con Codensa, que era la institución que prestaba el servicio de luz en ese entonces. En septiembre de 2001 le cortaron la luz al hospital y obviamente ya no podía funcionar, entonces ese fue como el ultimátum, pero esto venía en realidad desde los 70s, venía de una crisis importante en la que el hospital se había quedado sin dueño. En el 75 hubo un paro médico de la Universidad Nacional solicitando una mejor articulación entre la Universidad Nacional, que era quien manejaba lo médico, la Beneficencia de Cundinamarca, que era la propietaria del hospital y el Estado, a través de ministerios que ponían plata para el funcionamiento. Desde el inicio del hospital había un entramado burocrático y administrativo muy difícil de manejar, pero en el 75 la Universidad Nacional pidió la administración del hospital, la Universidad Nacional no pudo, tuvo que devolverla, esto es un monstruo, esto me supera ¿sí? O sea, con todo lo administrativo que debe tener la Universidad Nacional y sumarle esto… no tenía cómo y la beneficencia dijo que entonces pues ya no la recibía, entonces quedó como en un limbo ¿sí?, en un limbo administrativo en el que el Ministerio de Salud tomó la administración, pero era temporal… temporal hasta el 2001. Desde el 75 el hospital siguió funcionando milagrosamente, pero siempre como con esta incertidumbre de cómo funcionaba, pero el hospital siguió funcionando, recibía donaciones, llegaban equipos nuevos… Pero hacia principios del siglo XX ya se acumulaban muchas deudas desde la entrada en vigencia de la Ley 100 del 93 en el que los hospitales públicos especialmente tenían que repensar su funcionamiento en relación con las EPS, pues eso implicaba unas transformaciones que el Hospital San Juan de Dios no pudo dar. El corte de luz fue como la estocada final, en el 2001 se cierra, voy a decir de la nada, aunque ya venía en crisis, entonces no hay un cierre oficial, no hay ningún decreto, no hay ningún anuncio a los trabajadores, todavía quedaban pacientes… algunos. Digamos que como la Superintendencia de Salud ya venía restringiendo el acceso al hospital para pacientes nuevos, entonces, pues no había muchos, pero quedaban pacientes hospitalizados, pero los trabajadores quedaron en un limbo, ellos dijeron, pues nunca nos despidieron, nunca nos dijeron que no viniéramos, y eran, o sea, imagínense, cuántos trabajadores se necesitaba para tener en funcionamiento este hospital… entonces la solución de muchos fue, primero, seguir viniendo a trabajar. Hay un grupo de enfermeras que se llaman las cuarenta de la capilla, ellas venían y trabajaban, marcaban su ingreso, su salida, se encargaban de cuidar el hospital, si ya no había pacientes o había muy pocos mantenían limpio el hospital en su horario de trabajo, “porque si nunca nos han echado después llegan y dicen que abandonamos el puesto entonces, pues seguimos trabajando”. Hubo otros trabajadores, que se quedaron sin casa, entonces, pues vinieron al hospital y empezaron a vivir acá. Esto empezó desde el 2001 y la última salida de trabajadores fue en el 2019.
Periodista: O sea, ¿las personas que habitaron este hospital de después de que cerró fueron ex trabajadores del hospital?
Adriana U:  Sí, así es. Había familias viviendo en la unidad de salud mental, en el edificio de mantenimiento, en la torre central en los pisos altos que era donde estaban los consultorios y como la parte de camas de los internos y residentes. Hay que tener en cuenta que el hospital tenía zonas de alto riesgo biológico que no eran aptas para vivir.
Cortinilla:
Se abre un dato curioso: El Complejo Hospitalario del San Juan de Dios, que también comprende al Hospital Materno Infantil, fue declarado en 2022 patrimonio histórico y cultural de la Nación, y en 2015 fue comprado por Bogotá.
Adriana U: El patrimonio también nos enfrenta a esos errores como sociedad, es decir, miren la monumentalidad en todo sentido, no solo material, sino también afectiva de este lugar y como sociedad no hemos logrado mantenerla en funcionamiento…
 Aquí vamos a entrar entonces a San Lucas, acuérdense que estos son tres pabellones idénticos de la década de los treintas. Bueno, aquí funcionaba rehabilitación, también terapia física.
Periodista: Bueno, entonces entramos al edificio San Lucas cuéntanos acá, ¿qué pasó?
Adriana U: Este es el Pabellón San Lucas, también conocido como Ángel Cuervo. Los hermanos Ángel y Rufino Cuervo donaron fondos para terminar de construir estos pabellones. En este pabellón vivieron trabajadores después del 2001 y como les contaba, en el en el edificio anterior en Paulina Ponce, si ven San Lucas todavía se le notan menos las remodelaciones, las readecuaciones que se le hicieron en la segunda mitad del siglo XX, cuando esto lo volvieron más como de oficinas y consultorios. Ahora vamos a subir al segundo piso que todavía se ve unos ventanales grandísimos, unas alturas muy generosas, que nos recuerdan constantemente cuál era el objetivo y la idea de la prestación de salud a principios del siglo XX. Hay un trabajador que tenía su familia aquí, fue de los últimos en salir.
Periodista: ¿Cuánto tiempo estuvo ocupado el espacio por estar familias?
Adriana U: Pues esta fue una de las últimas familias en salir. Creo que la familia del señor Rigoberto salió en el 2019, entonces estuvieron aquí un poco menos de 20 años.
Periodista: Creo que esta es la parte más bonita.
Adriana U: Sí, bueno, a mi parecer a mi parecer también. San Lucas es de mis edificios preferidos por el estado en el que se encuentra. Actualmente también ya lo han ido limpiando. Fue al principio el año pasado cuando yo empecé a venir al hospital, estaba mucho más invadido por palomas, el techo pues finalmente no está cerrado y uno puede apreciar palomas, pero mucho menos. Aquí se disponían camillas. Había salas de cirugía en dos extremos también. Si uno ve por las ventanas y mira hacia el oriente se ve el Materno Infantil, que hace parte del conjunto original del Hospital San Juan de Dios.
Periodista: ¿Y esto se piensa restaurar con estos colores originales que vemos acá?
Adriana U: Las baldosas están en muy buen estado, son muy bonitas. Lo que se ha pensado en ese sentido tiene que ver con el trabajo del IDPC, en este momento se están adelantando las obras del Plan Especial de Manejo y Protección que tiene el Hospital San Juan de Dios. Como les decía el hospital tiene que volver a funcionar como hospital universitario, pero estos edificios de la primera mitad del siglo XX no pueden funcionar como uso médico actualmente, entonces están pensados para usos administrativos, pero también para usos de cultura, de educación, finalmente tiene que ser un hospital universitario y con eso tiene que cumplir funciones educativas, entonces cada edificio tiene una función específica dentro de ese Plan de Manejo y Protección. Hay otros como la cocina que va a ser museo y la capilla también va a estar dedicada a usos de Arte y Cultura.
Este piso que vemos, que es en la baldosa de cemento pintada a mano que ha de ser el piso original, en otros edificios estaba tapada por pisos de vinisol, incluso por placas de cemento. Entonces supongo que esto ya está recuperado y la idea me imagino que es tenerlo a la vista.
(Música de transición)
Adriana U: Acá entramos entonces al segundo piso, en el que estaban las ventanas, que ya no son continuas, de pronto hacía mucho frío. También aquí se ve que le habían puesto una entrepiso.
Periodista: Cuéntanos un poco acerca del concepto de patrimonios integrados.
Adriana U:  El enfoque de Patrimonios integrados lo que busca es entender cómo se relacionan todas estas experiencias de cómo vivimos el patrimonio y como en ese relacionamiento es que reside el valor patrimonial. Yo ya les hablaba que no solamente son los valores arquitectónicos del hospital lo que explica la importancia de San Juan, sino que también está relacionado con el papel del Hospital San Juan de Dios la construcción de unas memorias, de unos afectos, de una identidad como bogotanos y como bogotanas, y eso excede los límites de las categorías del patrimonio.
(Música de transición)
Periodista: Bueno, estamos en el edificio Paulina Ponce y acá nos encontramos en un en un área donde funcionaba una sala de cirugía y observamos, Adriana, un vidrio en el techo.
Adriana U:  Pues como este era un hospital universitario las salas de cirugía y todos los espacios tenían que estar abiertos a estudiantes, entonces lo que vemos es la sala de cirugía en el segundo piso con una claraboya que da al tercer piso y entonces la camilla tenía que estar aquí abajo, justo alineada con la claraboya, para que los estudiantes pudieran ver sin interferir, pero pudieran ver la cirugía en tiempo real.
(Música de transición)
Si uno pasa rápido por la Décima, por la Caracas, pues ve una reja y no necesariamente alcanza, a ver la dimensión del conjunto. Entonces claro, es un asombro de ¡cómo así que en Bogotá teníamos esto!  Y además que siguen en pie. Hubo una jugada administrativa, como una figura de estas jurídicas en las que se separó el hospital del Materno Infantil. Digamos, físicamente se separó cuando se trazó la Carrera Décima, para empezar. Hay un túnel que conecta la torre central con el Materno Infantil, que se hizo cuando la Décima se trazó para que siguieran conectados, porque finalmente seguían funcionando en llave. También había un puente peatonal que atravesaba la décima que se demolió con la llegada de Transmilenio, entonces físicamente se fueron separando, pero también hubo una figura jurídica por la que quedaron separador el Materno y el San Juan de Dios, pero siempre es muy importante entender que el conjunto iba hasta el otro lado del Materno Infantil, lo incluía, y esto eran unos jardines que conectaban el Instituto Materno con todo el conjunto.
Periodista: Es decir, en lo que ahora es la Décima antes había un jardín.  
Adriana U: Bueno, aquí estamos ya como en el borde sur del hospital, estamos detrás de la torre central, que es el edificio que se construye en los 50s. A nuestra mano izquierda está Cundifarma, que era el laboratorio farmacéutico del hospital. Es un edificio muy curioso porque tiene una planta como semicircular.
Es diferente, uno intuye desde afuera que ya estamos en segunda mitad del siglo XX. Aquí estamos frente al edificio de enfermedades tropicales que funcionó en los últimos años como morgue. Gran parte del valor médico del Hospital San Juan de Dios es su labor de investigación, que además creo que también es algo que está muy vinculado a los afectos de los médicos y es que este era un espacio de investigación. El Hospital Materno Infantil es recordado y conocido no solamente por bogotanas y bogotanos, sino a nivel mundial por desarrollar el Plan Canguro, también la bolsa de Bogotá es otro de esos desarrollos médicos que se dieron aquí.
Bueno, vamos a entrar a la Unidad de Salud Mental, es un edificio de los 60- 70. Si ven la arquitectura ya es completamente distinta, parece un poco más como de la Universidad Nacional. En el costado oriental tenemos el auditorio Samper. Vamos a entrar.
Periodista: se nota mucho la labor de recuperación de los otros espacios
Adriana U: sí, estamos en una temporada seca, no ha llovido mucho, entonces la experiencia de este edificio es distinta porque cuando estamos en época de lluvias, llueve adentro y la humedad se siente mucho más en el aire, toca entrar con tapabocas, es difícil respirar porque este edificio todavía no ha iniciado ningún tipo de readecuación.
Periodista: ¿Estos murales que ven son hechos antes o durante la ocapción?
Adriana U:  Durante hay unos. Estos son de antes, o sea, estos son de funcionamiento de salud mental. Hay otros que sí son posteriores, ya los vamos a ver, de los habitantes. Sobre todo se distinguen porque los de los habitantes son más como mural de juventud, de adolescencia… urbanos y hay una guitarra eléctrica pintada, hay unas niñitas como los dibujos que uno hacía cuando chiquito, de las amigas. Vean, allá hay una pelota de fútbol. Aquí había un auditorio para las clases magistrales de psicología y psiquiatría.
Periodista: Wow genial al fondo se ve el tablero.
Adriana U: Como el funcionamiento de la unidad de salud mental tenía muchas habitaciones, había muchos más baños, entonces funcionaba mucho mejor para para vivir, tenía la huerta de salud mental, que después una de las trabajadoras la siguió conservando. Vendía huevos, tenía abejas, entonces también vendía miel y ella conservó la huerta.
Desde aquí se ve el barrio Policarpa, que es un barrio de los 60s que ha tenido una relación muy especial con el hospital, al igual que San Bernardo, pero el Policarpa inició como autoconstrucción y el hospital les permitió a las primeras familias pegarse al muro para construir sus casas y ha seguido creciendo ahí, por eso es que las ventanas están contra el hospital. Y la comunidad del Policarpa estuvo vinculada a los movimientos estudiantiles de los setentas de la Universidad, los apoyaba, les pasaban víveres cuando estaban viviendo aquí trabajadores, les pasaban cables de luz para que pudieran tener servicios, entonces ha sido como un compañero de lucha en ambos sentidos. También para todos los habitantes del Policarpa este era su hospital.
Periodista:  Y el barrio Policarpa también ha sido como un eje de los movimientos sociales de la ciudad, ¿no?
Adriana U:  Sí, todo el barrio Policarpa en sí tiene una historia maravillosa de luchas sociales, del movimiento socialista establecido en Bogotá, es decir, tenía una visión política muy clara y se vinculó al hospital y están aquí en relación directa.
Miren esto aquí es una guitarra eléctrica…Aquí hay unos nombres…en este otro cuarto hay unas fotos…Tiene stickers… (se lee) para la artrosis llamé al 6449 099… la lámina de chocolatina Jet infaltable.
(Música de transición)
Adriana U: Y aquí está la capilla y el convento.
Periodista: Ah, ¿había convento también)
Adriana U:  Sí, porque bueno, el Hospital San Juan de Dios primero lo manejaba a la Orden de San Juan de Dios, las monjas de la presentación eran quienes fungían  como enfermeras hasta que en los 60- 70s se profesionalizó la enfermería, entonces ha estado vinculado a las órdenes religiosas.
Periodista: De verdad que era muy bonito.
Adriana U:  Y tenía el jardín infantil y el ancianato. De aquí hasta la Caracas hay muchos más edificios que siguen funcionando. El ancianato y el jardín infantil. El Instituto Dermatológico que está en toda la esquina de la Calle Primera con Caracas también funciona y hace parte del conjunto. Aquí está la cancha de fútbol que también funcionaba como parque para el barrio, se hacían torneos. Tenía muchos usos además del hospitalario y eso también explica porqué hay un montón de relatos y afectos relacionados al San Juan de Dios.
Periodista: Adriana, muchísimas gracias por habernos invitado a recorrer el Complejo Hospitalario San Juan de Dios.
Adriana U:  Para despedirnos los invitamos a oír el podcast Cultura en Bogotá, a que consigan en librerías o en el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural el nuevo libro ‘San Juan de Dios: guía crítica del conjunto hospitalario’ y que estén pendientes de redes sociales del Instituto de Patrimonio y de la Secretaría de Cultura para unirse a los recorridos, laboratorios y talleres que realizamos continuamente en el hospital.
Periodista: Y a quienes nos escuchan los esperamos en una próxima oportunidad con más historias en Cultura en Bogotá. ¡Chao!
Cortinilla: Historias, calle, creación. Esto es Cultura en Bogotá, un podcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.

Y mira el video, aquí.

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