Frutos, aprendizajes y agradecimiento por estos años de creación

Con cada año de experiencia que sumamos trabajando por la cultura nos damos cuenta de que ésta es el eje transversal de la transformación vital que el mundo necesita. Cada proyecto, cada iniciativa, cada enfoque que sugerimos, acompañamos o lideramos da cuenta de ese poder imparable que la creación pone en nuestras manos: el poder de conectar cuando la soledad es un dolor, el poder de abrir futuros cuando dudamos de hacia donde caminar, el poder de tejer lazos comunitarios para reactivar económicamente escenarios golpeados por la crisis, el poder de pensarnos colectivamente para elegir lo que queremos ser en el mañana, y sobre todo el poder de cuidar, de la vida propia, de la vida de los y las demás, del medio ambiente, del planeta, de la democracia.

Todo eso ocurre desde la cultura, todo ese ocurre cuando ponemos el arte al alcance de las personas y las invitamos a participar creativamente de los procesos que fundamentan el sentido cultural de Bogotá, de los eventos que nos diferencian haciendo parte de nuestra identidad, de los escenarios que se convierten en marcas patrimoniales donde lo que hemos sido permanece vigente a los ojos de todos y todas. Trabajar por la cultura es redescubrir a diario su importancia vital, y para quienes dedicamos a esto nuestra fuerza, nuestro tiempo, nuestro talento, y nuestra imaginación, ser testigos de esta capacidad transformadora es una de las recompensas invaluables que podemos atesorar durante toda nuestra vida.

Durante estos años trabajamos por la cultura de Bogotá con el convencimiento de que se trata de uno de los sectores más importantes, tanto a nivel social como económico, y que toda transformación duradera de lo que somos como ciudad debe pasar y estar marcada por el trabajo cultural asociado a ella. Así, en estos años, hemos establecido nuevas formas de aprovechar el potencial cultural de las localidades dándole fuerza, conectándolo y volviéndolo global: eso Es Cultura Local. En estos años buscamos otras maneras de promover el cambio ciudadano para avanzar a una ciudad del siglo XXI, y propusimos pedagogías donde el cuidado era la base de una nueva ciudadanía: eso es la Línea CALMA. En estos años demostramos que otras historias son posibles y que la voz para contarlas está en cada bogotano y en cada bogotana: eso es la Política Pública de Lectura, Escritura, y Oralidad, LEO. 

Y así cada legado lleva en su centro nuestra convicción profunda de que la cultura es el camino, y de que, profundizando en ella, potenciándola, dándole cada vez mayor protagonismo, podremos cosechar frutos que nos hagan una sociedad más diversa, más rica, más capaz de cuidar, más capaz de crear, más democrática.

Ha sido un privilegio indescriptible poder acompañar a Bogotá, a la cultura de Bogotá, durante estos años. A cada ciudadano y ciudadana que hizo esto posible, que participó en los eventos, que envió sus proyectos a las convocatorias, que se acercó a las bibliotecas y a los equipamientos deportivos, que sumó su talento y su presencia a esta historia; a cada uno y a cada una de los y las funcionarias que trabajaron incansablemente para que todo lo que logramos fuera posible; a todos y todas: ¡gracias!

Hemos creado belleza y transformación, y la fuerza de esto que logramos juntas perdurará en el tiempo y seguirá reverberando en la creación de Bogotá durante muchos años. 

Doy la bienvenida a Santiago Trujillo, que a partir del primero de enero continuará trabajando para que el sector siga creciendo, para que la cultura en las localidades florezca todavía más, para que continuemos consolidándonos como la capital cultural de Colombia. Lo mejor de la cultura de Bogotá es ahora, y seguirá creciendo porque no dejaremos de creer y de crear.

De nuevo, gracias a todos y todas por hacer esto posible.

Feliz semana, y feliz año nuevo.

Catalina Valencia Tobón
Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte