La viejecita titiretaña

Por: Inés de Cuevas - de su libro inédito "Algarabía de risas"

Una viejita Titiritaña vivía en su casa de la montaña con cinco nietos que la mimaban y un gato blanco que ronroneaba. Sus tres bisnietos bien la querían: le daban besos, la consentían y por las noches, mientras dormía todos sus postres ellos se los comían.

Titiritaña, patas de araña, salta la cuerda con una caña. Infla los globos de los festines parada -siempre- en sus dos patines. Es tan alegre la viejaraña que no se enoja cuando una extraña a ella le dice:

-¡Hola!, viejita Titiritaña ¿por qué hace tiempo que no se baña?

Y la buenaza que hace cien años que no se baña responde orgullosa y con mucha gana:

-Ya por mi ducha no sale agua, la espuma de algas está muy cara y pa' el enjuague no queda nada.

Así, sus nietos y sus bisnietos, entre perfumes de feos ungüentos, comen sus tartas y chocolates pues los aromas de mal aliento a otros lugares se los lleva el viento.

 
 
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