Sara y Tomás, los niños que liderarán la movida cultural en San Cristóbal
El 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud, una fecha para hacer un llamado a la participación de los jóvenes en todos los ámbitos de la sociedad, para solucionar los desafíos a los que se enfrentan cada día. Es por ello que vale la pena resaltar la labor que hacen los niños, niñas y jóvenes por promover la cultura en una ciudad como Bogotá.
Es el caso de Sara y Tomás, dos hermanos que viven en el barrio Santa Ana de San Cristóbal Sur. Ambos hacen parte de la Filarmónica de esta localidad, uno de los varios centros filarmónicos que tiene la ciudad. Ahora, también son parte del Consejo de Cultura y Deporte de Bogotá.
Este año se instauró en el Consejo de Cultura y Deporte, por primera vez en la historia, una Mesa de Participación integrada por 78 niños y niñas entre los 7 y 14 años de edad.
Sus integrantes vienen de 17 localidades de la ciudad que hacen parte de programas de formación en arte y patrimonio del distrito como Centros Crea, Centros Filarmónicos Locales (como es el caso de los hermanos Sabogal Sarmiento) y Civinautas.
“Desde que escuché sobre el tema (de postularse al Consejo) me pareció muy chévere, porque es muy importante que los niños también podamos exponer nuestra voz y podamos expresar lo que queremos y necesitamos”, cuenta Tomás, quien tiene 9 años de edad, toca flauta traversa y está a punto de pasar a la orquesta por su buen desempeño.
Mientras tanto, la principal motivación de Sara, quien tiene 13 años, para postularse como consejera, era ver si podía gestionar la compra de más instrumentos para su centro filarmónico, algo que hará ya que ha quedado elegida.
“También tengo el propósito de que resuene nuestra voz, porque muchas veces no se tiene en cuenta lo que nosotros hacemos, porque nos consideran como un grupo base. Antes nos tocaba ensayar hasta con palos de escoba. Y cuando llegaron algunos instrumentos, otras filarmónicas tenían que venir a practicar aquí porque tampoco tenían. Quiero que más personas se unan a la filarmónica porque también necesitamos que más personas puedan interpretar los instrumentos”, cuenta Sara, quien es la única chelista y a veces tiene que cubrir las posiciones de otros instrumentos. “Aún así hacemos unas presentaciones muy buenas”, agrega.
Desde que eran muy pequeños su madre les ha inculcado amor por el arte y la cultura, inscribiéndose en cursos y talleres para que estimularan su creatividad.
“Víncular a nuestros hijos en actividades relacionadas con el arte y la cultura permite desarrollar en ellos sus capacidades, habilidades y talentos, así como el aprovechamiento del tiempo libre y vincularlos con contextos que minimicen los riesgos a los que se exponen a medida que van creciendo e ingresando a etapas de desarrollo en la adolescencia, cuenta Carol Sarmiento”, madre de los jóvenes consejeros.
“Ha sido una experiencia maravillosa que ha mejorado su proceso de socialización y de despertar el interés por la cultura, la música y lo artístico. Ha sido una decisión muy favorable para su desarrollo”, agrega Sarmiento.
Como todo Consejero de Cultura y Deporte, Sara y Tomás deberán proponer ideas y dar lineamientos para las políticas, planes, programas, proyectos y acciones del sector, así como priorizar las líneas estratégicas de inversión y participar en los escenarios de presupuesto participativo que se incluyan en los planes de desarrollo locales y en el Plan de Desarrollo Distrital, entre otros.
Para Sara, esta es una apuesta que vale la pena por la siguiente razón: “a través de la cultura puedo demostrar lo que soy, ya sea a través de la interpretación de un instrumento, o de pintar cuadros, algo que también me gusta hacer. Es buscar nuestro propio sonido y nuestros propios colores a través de la cultura”.