POR: MARÍA JOSÉ AFANADOR
Una de las características principales de la BDB será la selección, curaduría y creación de colecciones digitales, lo cual exige el desarrollo de una metodología que se base en proyectos similares ya realizados en Colombia y en el exterior.
Se recomienda el desarrollo de un marco teórico- práctico sobre archivos comunitarios, memoria, identidad, historia pública y biblioteca participativa que dialogue con la hoja de ruta establecida para el desarrollo de contenidos locales de la BDB y que tome en cuenta otras experiencias.
Involucrar a las comunidades en la construcción de sus memorias locales implica un cuestionamiento de las narrativas dominantes sobre la historia de Bogotá. A la vez significa pensar el proyecto de la BDB más allá de la recuperación, imaginando la biblioteca, el archivo y el patrimonio como elementos en tensión que son esenciales para transformar las narrativas históricas en una sociedad con poblaciones vulnerables, multiétnicas, marginadas, desplazadas como Bogotá y Cundinamarca. (Ver Hall: 2005)
Andrew Finn en “Archival Activism: Independent and Community-led Archives, Radical Public History and the Heritage Professions”, sugiere que la historia puede apoyar este objetivos a partir de una síntesis de varios historiadores como Stuart Hall y Raphael Samuel. Este último ha impulsado la construcción de narrativas históricas comunitarias, no profesionales y colaborativas. Siguiendo esta reflexión, Finn argumenta que los archivos construidos comunalmente tienen un rol en la producción de historias más democráticas e inclusivas.
La definición de los contenidos de la BDB es una oportunidad para desarrollar narrativas históricas inclusivas que requieren formas creativas para redescubrir historias que han sido ignoradas y subrrepresentadas en las colecciones oficiales.
Es importante discutir lo que significa un archivo comunitario para delimitar su alcance en relación con las posibles metodologías de trabajo en comunidades para la creación de los colecciones de la BDB. La literatura reciente sobre archivos comunitarios (“community-based archives”: en inglés) señala lo siguiente: se trata de un movimiento en crecimiento que usualmente tiene su origen en los esfuerzos de grupos de base (en inglés “grassroot movements”) que emergen de las comunidades para recolectar, preservar y hacer accesibles los registros que documentan sus propias historias por fuera de las instituciones archivísticas oficiales.
Los archivos comunitarios sirven como una ruta alternativa para que las comunidades tomen decisiones colectivas sobre lo que tiene un valor perdurable para ellos, para moldear la memoria colectiva de su propio pasado y controlar los medios por los cuales las historias sobre su pasado se construyen.
En el caso de archivos que documentan los abusos de derechos humanos se encuentra el concepto de activismo de archivo (en inglés “archival activism”) que tiene dos caras:
Lo “comunitario” en el contexto del patrimonio puede usarse para referirse a lo localidades o barrios y que en contextos como el del Community Archives and Heritage Group del Reino Unido ya ha sido ampliamente reconocido.
En el contexto español hay varios ejemplos de archivos comunitarios que se han construido independientemente de cualquier institución oficial. Algunos ejemplos:
En cuanto al término biblioteca participativa, se trata de un modelo de bibliotecas vinculado al surgimiento de la Web 2.0 que permite al usuario la capacidad de participación, colaboración y co-creación. Se parte del principio en el que el conocimiento comunitario es útil para todos y que cada usuario debería tener acceso al conocimiento de su comunidad. La Biblioteca Pública 2.0, como algunos investigadores la llaman, debe dar acceso y se repositorio de contenidos locales a la vez que proveer un espacio físico. En este modelo la biblioteca debe ser un espacio físico y un espacio virtual que permite que las personas de las diferentes localidades accedan al conocimiento local. (Chowdhury, et al., 2006).